Crítica

'Los chicos del coro', un afinado musical

Un momento de 'Los chicos del coro' con Rafa Castejón en el número 'Acción-reacción'

Un momento de 'Los chicos del coro' con Rafa Castejón en el número 'Acción-reacción' / Jordi Otix

Marta Cervera

Marta Cervera

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'Los chicos del coro, el musical' ha empezado con éxito su temporada en el Teatro Tívoli de Barcelona. El cineasta Juan Luis Iborra dirige esta versión de ARM Produce estrenada en Madrid la temporada pasada. El montaje, estrenado el jueves, se basa en la película 'Los chicos del coro' de Christophe Barratier, autor también de esta versión teatral que incorpora a un grupo de alumnas así como su profesora de Matemáticas, interpretado por una fantástica Eva Diago. Los personajes femeninos, que no aparecían en el filme, son un acierto. Dan mucho juego tanto en lo músical como en la parte dramatúrgica, aportando algunos de los momentos más divertidos.

Como en la película, la acción transcurre en Francia pocos años después de la Segunda Guerra Mundial en un internado de reeducación de menores que acoge tanto a huérfanos como a chicos problemáticos. Manu Rodríguez encarna con solvencia al protagonista, Clément Mathieu, un profesor sensible amante de la música que entra como sustituto en el centro que dirige Rachin, un convincente Rafa Castejón que brilla en su rol de director inflexible. Ambos chocan desde el primer momento. Sus métodos son diametralmente opuestos. El nuevo profesor es un compositor frustrado que utiliza el poder transformador de la música para enseñar. Pero el director considera que los castigos son la única manera de poner en vereda a los alumnos. Su lema es acción-reacción como explica en uno de los números más logrados donde el director se vanagloria de su disciplina mientras los estudiantes realizan una coreografía donde queda claro lo que piensan de él.

Célebres melodías

Drama y comedia se alternan en este montaje donde algunos de los momentos más emotivos llegan cuando el coro de niños olvidados canta las célebres melodías de Bruno Coulais del filme traducidas al castellano. El musical toca la fibra tanto o más que la película gracias a la cuidada dirección de Iborra de los 15 niños y niñas seleccionados en Barcelona que forman parte de un coro de más de 80 jóvenes que se van alternando en las funciones.  

Tanto Chus Herranz, que encarna a Violette Morhange, la atractiva madre del alumno de la que se enamora Mathieu, como Xisco González, el bondadoso Tío Maxence que se ocupa de casi todo en el internado, e Iván Clemente como Pascal Mondain, chico malote víctima de su mala fama, contribuyen a crear tensión y emoción en este montaje capitaneado musicalmente por Rodrigo Álvarez.

Se agradece que el musical no tenga entreacto. Va a favor del dinamismo de esta producción con rápidos cambios gracias a una sencilla pero eficaz escenografía que aprovecha no solo el escenario sino otros espacios del teatro.

En Madrid 'Los chicos del coro, el musical' superó los 150.000 espectadores la temporada pasada en el Teatro La Latina de Madrid. En Barcelona solo estará hasta el próximo 21 de abril.