Discos de la semana

Crítica de 'Vida' de Ana Tijoux: furia, ternura y danza para conjurar el fin del mundo

La cantante y rapera franco-chilena, asentada en Barcelona, celebra la humanidad sin escatimar airadas rimas políticas en ‘Vida’, su primer álbum con material original en casi diez años

Los nuevos elepés de Últim Cavall, Petit Mal y KIW, también reseñados

Ana Tijoux.

Ana Tijoux. / Nacho Rojas

Jordi Bianciotto
Rafael Tapounet
Roger Roca
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‘Vida’

Ana Tijoux

Victoria-Altafonte

Fusión-hip-hop

★★★★

La vida y la muerte han sacudido la existencia de Ana Tijoux en los últimos años, en los que ha alumbrado a dos hijos y ha perdido sucesivamente a cinco personas de su núcleo más cercano, incluyendo a su hermana Tania. Eso explica en parte la demora de su nuevo álbum y su textura narrativa, con alusiones existenciales, luz y drama, hilvanándose en un cancionero que no deja de lado el pulso político y la denuncia propia de su obra. 

Nacida en Francia, en Lille, de padres exiliados chilenos muy concienciados (él, abogado, y ella, socióloga), y residente en Barcelona desde hace dos años, Ana Tijoux ha tenido siempre presentes sus orígenes, incluyendo la mirada ‘altermundialista’ y la enmienda al devenir de su país: aquel tema viral, ‘Cacerolazo’, que amenizó las protestas contra el presidente Piñera en 2019. Todo ello flota en un disco, ‘Vida’, en el que maneja la rabia y la ternura, el sentimiento y la mística, en un recorrido musical tan explosivo como cálido y amoroso. Un álbum que es el primero con material original que entrega en casi diez años (desde ‘Vengo’, 2014). 

Dinero y familia

Pese a todo lo dicho, ‘Vida’ hace honor a su título y transmite luz y afán de disfrute, empezando por el manifiesto que lo abre, ‘Millonaria’, según el cual en este mundo la riqueza la dan las relaciones humanas: “Ni Prada, ni Armani, no money, no party, tenemos la family”, recita ella sobre un ‘beat’ robusto y acompañada de un sibilino gancho de piano. Las rimas suben de tono en la acusatoria ‘Óyeme’, un rap enfático a favor de la humanidad, porque “no es el mismo precio el ser blanco que ser negro”. Registro redoblado en ‘Dime que’, dueto con Pablo Chill-E contra la violencia institucionalizada.

Pero el verbo de Tijoux funciona en otros planos, como las sensuales invectivas r’n’b de ‘Vida’, ‘Tu sae’ o ‘Bailando sola aquí’. Corrientes subterráneas de jazz, soul entre la neblina espiritual, percusiones con fondo afrolatino. El receso ‘minimal’, susurrado, de ‘Suave’, la memoria delicada de ‘Busco mi nombre’ (precedida del recitado de la ‘abuela de mayo’ Estela de Carlotto) y la trama tropical de ‘Tania’, en la que habla a su hermana perdida sin sensación de peso, “más allá de todo plano terrenal”. También hay reguetón, sí, en ese ‘Niñx’, donde da algunas claves vitales a la descendencia: “las ideas se plantan, se alzan, levantan / se cantan y bailan, por eso las matan”.

En ‘Vida’, Tijoux no permite que la oscuridad imponga su ley, sino que más bien hace resaltar, por contraste, los aspectos felices. Cancionero con muchas capas, es una apuesta por celebrar la existencia sin siquiera permitir que la amenaza de un cataclismo global nos impida seguir bailando (“desnudos juntos”), como viene a decirnos en ‘Fin del mundo’, el tema que cierra el disco a golpe de vigorizante electro-pop. Jordi Bianciotto

Otros discos de la semana

'Un altre primer cop'

Últim Cavall

Discos de Kirlian

Pop

★★★★

Tras un paréntesis de cinco años sin entregar nuevas canciones, el grupo de Sant Pere de Ribes aparca el ‘noise’ y el ‘shoegaze’ de sus primeros discos y apuesta por un pop ensoñador y melancólico, de sólida y elegante arquitectura, que concilia el baile con la tristeza y la nostalgia de las oportunidades perdidas con la ilusión de las primeras veces. En sus momentos más expansivos (‘El teu vinil’, ‘El buit’) recuerda a Prefab Sprout, y eso es un elogio mayúsculo. Rafael Tapounet

'Como que nada ocurrió'

Petit Mal

Discos Sféricos

Rock-folk

★★★★

Cancionista con pedigrí, el valenciano Suso Giménez refina sus artes en este repertorio de cruce de caminos, con poético rock de autor y resonancia de folk ‘roots’. Álbum de hechuras clásicas, brinda escenas provechosas a cuenta de la dinámica melódica (con sintetizadores) de ‘Quizá sea mucho pedir’, el corazón country de ‘Desde el pedestal’ o el preciosismo ensoñador de ‘Desaparecerá’. Y esa regrabada ‘Water of snow’, crecida ahora con la voz de carolina Otero. J. B.  

'It's not about me'

KIW

Say It Loud

Jazz

★★★

El primer disco de Kiw, un joven trío de Barcelona con un pie en el jazz, otro en el funk y el de más allá en los pedales electrónicos, arranca con requiebros y acelerones. Van de cara: su estreno, grabado de un tirón frente al público en un estudio, lo producen su mentor, el hipercinético saxofonista Llibert Fortuny, y Michael League, líder de los norteamericanos Snarky Puppy. O sea, saxo filtrado, bajo ultraprofundo, breaks de hip hop, 'groove' y músculo. Pero también pausa, lirismo y hondura, como el crescendo infinto de ‘Gyoza’ o la delicada ‘Liturgia’, donde colabora Fortuny. Un primer paso que es más que un ejercicio de estilo. Roger Roca