Cuando Thais nos dejó huérfanos

Sabía de Thais Hernández antes de conocerla personalmente. En los ambientes musicales, también en los cenáculos flamencos, cuando alguna joven destaca artísticamente, uno se entera con rapidez de esa buena nueva.

Dos amigos, guitarristas y compositores vinculados al Taller de Músics, Juan Gómez 'Chicuelo' y David Leiva, fueron los primeros que me informaron de que una 'cantaora' joven del Baix Llobregat estaba empujando con mucho ahínco para abrirse paso entre la profesión y los diferentes sectores que confluyen en el flamenco de y desde Catalunya.

Al principio, las noticias respecto al progreso musical de Thais provenían de los aficionados de las peñas flamencas de Cornellà y L’Hospitalet. Recuerdo que Paco Hidalgo, escritor y experto en flamenco, y Juan Antonio Ruiz, guitarrista, promotor y responsable de la peña Los Aficionaos de Cornellà, me dijeron un día al alimón durante una tertulia que estuviera pendiente de una 'cantaora' -artista en ciernes por aquella época-, que despertaba mucho entusiasmo, gran interés y adhesiones sin grietas entre los asistentes a las veladas flamencas de las entidades de la zona.

El aprendizaje de Thais, además de la escucha de los registros en los discos de las maestras del cante flamenco, se fue amalgamando en los escenarios de esos lugares íntimos -de pequeño formato- que son las peñas flamencas, auténticas escuelas de formación para que las distintas generaciones que se dan citan en ellas puedan transmitir a los jóvenes las claves musicales flamencas. 

La progresión de Thais en ese trayecto fue ejemplar. La posibilidad de actuar y de confrontar ante un público bien puesto en las lides flamencas curtieron a una joven que con enjundia, fuerza y buen hacer, supo granjearse la admiración y la querencia de las personas aficionadas al arte flamenco que con su pasión, constancia y energía, mantienen la hoguera encendida organizando veladas sabatinas, matinales domingueras, concursos, festivales, conferencias, presentaciones de libros, fiestas, jaranas y todo lo que surge de la voluntad comunitaria. Y en los troncos y ramas de las hogueras flamencas, Thais, una joven 'cantaora' en alza, participaba con sumo interés.

En paralelo, Thais Hernández fue accediendo al escalafón profesional en otros lugares, como los tablaos flamencos de Barcelona, también con la intimidad como premisa. Otro peldaño fundamental, otra escuela básica para ir adquiriendo práctica profesional. Recintos donde te puedes impregnar de las características y de los pilares musicales que sostienen al flamenco. Se la podía escuchar en el Carmen, en el Cordobés, en los Tarantos y otros puestos en marcha en tiempos más cercanos.

El aura artística que por entonces acompañaba a Thais era la de una profesional con la que se podía trabajar y una 'cantaora' de raigambre. Entre sus cualidades rezumaban alegría, energía, simpatía, belleza, honestidad, carisma y un alto compromiso social y cultural. 

Paso por el Taller de Músics

Al enterarme de que Thais había decidido estudiar en el Taller de Músics el grado superior en la especialidad de cante flamenco no pude contener mi satisfacción. Una 'cantaora' de la que todo el mundo hablaba de su valía, con un bagaje como el suyo, que cree que ha de profundizar en su carrera ampliando conocimientos en un centro académico -complemento a la pujanza que supo labrar en peñas y tablaos-... fue un honor personal y colectivo recibirla.

En el Taller, Thais profundizó en su interés por la composición, contactó con músicos de otras disciplinas y participó en proyectos como Las Noray -junto a la bailaora y amiga, Lorena Oliva-, Tablao de Músics, Morente&Roach In Memoriam y el Ensemble dirigido por Chano Domínguez.

Conocidas son sus intervenciones con Sabor de Gràcia, grupo liderado por Sicus Carbonell, y en la Gala Flamenca que dirige 'Chicuelo', en el Palau de la Música, así como sus colaboraciones en trabajos de diversos artistas de su generación. 

La última vez que pude abrazar a Thais y a su marido, el guitarrista Rafael Fernández, fue hace unos meses después de un recital que ofrecieron en la Escuela de Flamenco José de la Vega, la que dirige el bailaor y coreógrafo Toni Moñiz. La lucha contra la enfermedad imbuida de coraje demostró que Thais podía vencer. Lo intentó hasta la extenuación, la misma que nos dejó huérfanos de una artista excepcional y una mujer joven de muchos quilates.