Art Basel Miami Beach

Miami: la fiesta mayor del mercado del arte por una semana

'1968: The Fire of Ideas', una de las piezas de Marcelo Brodsky en la feria de arte de Miami Art Basel.

'1968: The Fire of Ideas', una de las piezas de Marcelo Brodsky en la feria de arte de Miami Art Basel. / Cristóbal Herrera / EFE

Idoya Noain

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Ir a Miami a principios de diciembre es sumergirse en una bacanal de arte, negocio y exceso. Desde que Art Basel aterrizó en Miami Beach hace 21 años, ha ayudado a convertir la ciudad durante una semana en la capital mundial del mercado del arte. Con sus 277 exhibidores este año en el Centro de Convenciones y sus 80.000 visitantes estimados, ABMB sigue siendo el sol más brillante en este universo que se crea en el sur de Florida, pero a su alrededor orbitan numerosas otras ferias, programas alternativos, exposiciones, fiestas y más fiestas... Todo un ecosistema que sacude Miami, una ciudad que calcula en 500 millones de dólares la influencia económica de esta semana única.

“Es un momento en el calendario clave. En términos muy coloquiales Art Basel Miami Beach es como una fiesta mayor” explicaba entre picassos, mirós, tàpies y genoveses Jordi Mayoral el jueves, el segundo día abierto para la prensa y los invitados VIP antes de la apertura al público el viernes y el fin de semana.

“Es la gran plataforma del sector, donde se reúnen los grandes coleccionistas, la gente más apasionada, los comisarios, los museos, las grandes colecciones”, continuaba en el espacio de Mayoral, la galería con sedes en Barcelona y París que participa por tercer año en ABMB. “Es muy difícil crear momentos tan relevantes a nivel internacional como este encuentro entre profesionales, amantes del arte, compradores y artistas”.

También como “una oportunidad importante” describía Art Basel Miami Beach Sandra Cerisola, de Maisterravalbuena, la galería madrileña que ha participado ya en 17 ediciones de esta feria. Así han logrado lo que Cerisola define como “una estabilidad y una continuidad que son importantes para la galería en términos de mercado pero también de la presencia en el extranjero de los artistas representados”.

Lentitud, geopolítica y reflexión

Hay arte como para tener una sobredosis, tanto en el programa general como en el de las secciones: Meridians, que se dedica a proyectos a gran escala y está comisariado por Magalí Arriola, la directora de museo Tamayo; Positions y Survey, que agrupan respectivamente a galerías concentradas en voces emergentes y a proyectos históricos; Kabinett, que crea presentaciones temáticas y comisariadas dentro de los stands y Nova, con piezas creadas en los tres últimos años.

'Earth Play' de Seung-Taek Lee, en la feria Miami Art Basel.

'Earth Play' de Seung-Taek Lee, en la feria Miami Art Basel. / Cristóbal Herrera / EFE

En cualquier caso algunos expertos han visto la edición de Art Basel Miami Beach este año algo ralentizada en términos de ventas, continuación lógica de un mercado que lleva un tiempo en contracción y en el que se percibe cierta fatiga y que además se ve afectado por la situación geopolítica, que está para pocas alegrías. Y lo reconocía en la rueda de prensa el miércoles el consejero delegado de Art Basel, Noah Horowitz, esperanzado en que la feria sirva también como “una plataforma para construir puentes”.

En esta edición hay expertos que ven también un retorno en el mercado a formas en las que funcionaba hace 20 y 30 años, con compradores más reflexivos, que dedican más tiempo a dialogar con galeristas y a deliberar y cierran operaciones, pero con algo más de lentitud.

Las primeras jornadas, las mismas en que uno se podía cruzar paseando entre obras de arte con Jeff Bezos y Lauren Hernández, con Shakira, con Serena Williams o con Leonardo DiCaprio, dejaban noticias de grandes ventas según la información facilitada por las galerías. David Zwirner, por ejemplo, anunció una por nueve millones de dólares de una obra de la artista surafricana Marlene Dumas y de dos de Yayoi Kusama por más de tres millones cada una. Hauser & Wirth informó de la venta de una obra de Philip Guston por 20 millones a una “colección privada excepcional”. Y la recreación de ‘Washington cruzando el Delaware’ que ha realizado con piezas de Lego Ai Weiwei también encontró un comprador por 900.000 dólares.

Muchas de las adquisiciones de los importes más elevados habitualmente se cierran en preventas, gestionadas antes de la feria, pero a muchas galerías también les dejaron las primeras jornadas buen regusto en el paladar. Además, como explicaba Cerisola, no todo es cuestión de ventas, porque en ABMB “también conoces gente interesante con la que puedes seguir la relación y vender después y que se convierte en súpercoleccionista”.

“Hay interés, hay mucho más potencial”

Es la misma idea que latía en una conversación con Laura González Palacios, que en el quinto aniversario de su galería barcelonesa, Chiquita Room, y tras participar en Arco, ha acudido por primera vez a Miami. En su caso no ha sido a Art Basel, sino a otra de las destacadas ferias de la semana: Untitled, en cuya sección Nest, dedicada a galerías jóvenes, exhibe ‘Playing Field, Playing Horizons’, un proyecto con trabajos de Març Rabal y Blanca Viñas y atención al detalle.

Laura González Palacios, fundadora de la galería barcelonesa Chiquita Room, en su stand en la feria 'Untitled' de Miami con obras de Març Rabal y Blanca Viñas

Laura González Palacios, fundadora de la galería barcelonesa Chiquita Room, en su stand en la feria 'Untitled' de Miami con obras de Març Rabal y Blanca Viñas / Chiquita Room

“Tienes acceso a contactos tanto de colecciones privadas como institucionales, haces relación con otras galerías internacionales”, explicaba González Palacios, que confirmaba que, también en ‘Untitled’, que celebra su edición número 12, ha crecido hasta tener 163 exhibidores y este año tiene la temática de igualdad de género en las artes, con el 60% de las artistas mujeres o personas no binarias, “todo el mundo está diciendo que la cosa va lenta”.

Aun así ella siente el movimiento del mercado y, también, las ventajas de estar presente en Miami. “Aquí la gente va de ‘shopping’, y eso en Barcelona no lo siento”, decía. “Hay mucho ‘dealer’, una figura que en España no existe, que entra en la galería y te habla de sus clientes”. Constata, además, que en Miami “hay interés... Y te dices: aquí hay mucho más potencial, por lo menos potencial, muchísimo más”.