Festival de Jazz

Sérgio Mendes revive los años dorados en el Palau

Concierto de Sergio Mendes

Concierto de Sergio Mendes / Jordi Otix / JORDI OTIX

Jordi Bianciotto

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Hace mucho que la música brasileña conquistó el mundo y se normalizó filtrándose en el jazz y en el pop, por lo que fue revelador acudir a la versión original este viernes en el Palau (Festival de Jazz de Barcelona). Sergio Mendes rindió honores a la samba y la bossa nova a su manera, frondosa y ‘cool’, en el que, todo lo apunta, resultó ser su debut en Barcelona tras seis décadas de carrera.

Fue, cómo dijo en el escenario, un “paseo musical” que nos llevó “algunos años atrás”, hasta el lejano 1958, cuando la bossa comenzó a dar señal de la mano de luminarias como António Carlos Jobim. Suyas fueron piezas como ‘Aguas de março’ o ‘Samba de uma nota só’, que evocó valiéndose, siguiendo la tradición del grupo Brasil ‘66, de dos compenetradas voces femeninas: Katie Hampton y la esposa de Mendes, integrante de la banda desde 1970, Gracinha Leporace. Banda con doble ración de timbales, dando empaque a una sonoridad de naturaleza refinada.

Cuando se acercó a un pop ‘easy listening’ más ochentero, como en el baladón ‘Nothing gonna let you go’, sonó más antiguo que en los temas de los 60. Las esencias de Mendes, pilotando con fineza la sesión desde el teclado, se manifestaron en los prescriptivos números brasileños (incluyendo citas a Gilberto Gil y Chico Buarque) y en las revisiones de hitos ‘anglo’, como ‘Fool on the hill’ (Beatles) y ‘The look of love’ (Bacharach), que en su día formularon un sensual diálogo norte-sur.

Y, desde luego, en el universal ‘Mas que nada’, clímax de la noche, con retoques vocales prestados de la versión de The Black Eyed Peas, camino del bis con ‘Magalenha’. Reflejos resplandecientes de una era en que Brasil marcó el rumbo de la modernidad.

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