Wu Ming-Yi: Taiwán y otras islas a la deriva

El escritor taiwanés ha participado en el Festival 42, hablando de su novela 'L'home dels ulls compostos', premiada como la mejor traducción al catalán en 2023 por el PEN

El escritor taiwanés Wu Ming-Yi, en Barcelona

El escritor taiwanés Wu Ming-Yi, en Barcelona / Jordi Cotrina

Ernest Alós

Ernest Alós

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Profesor de literatura china y activista ambiental, fotógrafo, dibujante, autor de ficción y de libros de naturaleza, Wu Ming-Yi se puso a escribir 'L'home dels ulls compostos' (2009, Ed. Chronos, en traducción de Mireia Vargas) en cuanto vio las primeras imágenes que se difundieron de las grandes islas de basura del Pacífico. En su novela, allí van a parar los habitantes de una isla del Pacífico que viven al margen del resto del mundo, con toda su cultura condicionada por el mar. Es el elemento de ecofantasía que hizo que Ursula K. Le Guinn lo elogiara y que haya sido uno de los autores destacados del Festival 42 de géneros fantásticos que se ha clausurado este domingo en Barcelona tras convocar a 7.000 asistentes. Pero ese vórtice flotante de desechos no es la única isla: Taiwán, sus propios retos ambientales, y la cultura de los pueblos aborígenes, previos a la llegada de la población china hoy mayoritaria, son el otro elemento de su historia. Una isla que, explica, en la mentalidad de las generaciones más jóvenes cada vez es más insular, mentalmente cada vez más alejada de la China continental.

"La idea detrás de todos mis libros, sean de ficción o de no ficción, es un poco la misma, aprendida de las ciencias naturales: que todos los seres estamos interconectados", nos explica. Las basuras flotantes (como las que él se dedica a recoger en las costas cada vez amenazadas de la isla) explican su propia historia, de dónde vienen y por qué se han producido.

"Yo no sé cómo definirme como autor, pero ahora definen mi obra como realismo mágico, un poco como el latinoamericano, sobre todo porque en muchas de mis novelas aparecen las poblaciones aborígenes y las tradiciones y religiones propias de la isla", admite. La población originaria de Taiwán está compuesta por las etnias que desde allí se esparcieron por Oceanía y poblaron desde Hawai a Nueva Zelanda pasando por Filipinas. Ni sienten "absolutamente ninguna relación" con la cultura china ni tampoco son conscientes de su dimensión 'oceánica'. Sobre todo porque, salvo dos excepciones, quedaron aisladas en las montañas del interior de Taiwán. Y solo recientemente su aportación está siendo integrada en los referentes culturales comunes de la isla. "Cuando en 1949 el Kuomintang, el partido nacionalista, llegó a la isla, hizo lo que hace China con las minorías del continente. Pero a partir de los 90 hubo una especie de consciencia étnica de estas poblaciones, y empezaron a hacerse mas visibles".

Las islas de su libro están inspiradas también, dice, "en el futuro de la isla de Taiwán", que está dejando atrás su "mentalidad continental", china, a medida que las nuevas generaciones, las que no llegaron a causa de la guerra civil china, harán que sea cada vez más "una isla, con mentalidad insular". Y el proceso es progresivo. Sucede con la literatura, aunque compartan lengua. "La china y la taiwanesa son literaturas diferentes, que hablan de temáticas diferentes y se escriben para lectores con sensibilidades diferentes. Hay toda una serie de temáticas en Taiwán a partir de los años 90, como la literatura LGTBI o la literatura con fuerte conciencia ambiental, que en China no se escribe. Esta última, porque si se hace denuncia ambiental se está diciendo que el Gobierno ha hecho algo mal". En resumen, asegura, "si sabes china y lees una novela sin saber quién la ha escrito, en seguida sabes si es un escritor de la China continental".

También en ciencia ficción. Ríe. Y señala una novela de Cixin Liu en que los chinos "son los salvadores de la humanidad".

Por cierto. ¿La guerra de Ucrania, y el incremento de la retórica de unificación desde China, y las maniobras militares constantes, hacen que desde Taiwán se sienta esa amenaza más inminente? "En realidad, la mayoría de los taiwaneses siempre hemos pensado que no nos podemos fiar de los chinos en este tema: todos comparten la idea de que Taiwán se ha de recuperar. Siempre lo hemos visto como una posibilidad" La mitad de sus estudiantes, dice, son de Hong Kong. "Y siempre han tenido claro que la idea de poder tener un país y dos sistemas nunca fue una idea real".