Una abanderada de la buena ortografía

La Vecina Rubia: "La etiqueta de ‘influencer’ no me molesta, creo que les incomoda más a otros”

La enigmática creadora de contenido publica ‘La chica del verano’ (Libros Cúpula), su tercera novela y el cierre de la saga ‘Verano’. Horas antes de aterrizar la semana pasada en las librerías, ya había despachado 30.000 ejemplares en preventa. 

La Vecina Rubia, una 'influencer' de la buena ortografía que lleva 12 años en el anonimato.

La Vecina Rubia, una 'influencer' de la buena ortografía que lleva 12 años en el anonimato. / EPC

Sergio del Amo

Sergio del Amo

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Nadie sabe su verdadero nombre, qué aspecto tiene o dónde reside. Pero detrás de este halo de misterio, hay algo innegable: en poco más de una década, La Vecina Rubia ha construido una de las comunidades más grandes y fieles en la red enarbolando la bandera de la sororidad y la buena ortografía. Actualmente, cuenta con 2,9 millones de seguidores en Instagram y cerca de un millón en X (anteriormente conocida como Twitter). Y, no contenta con ello, gracias a la saga 'Verano' también se ha convertido en una de las escritoras más vendedoras de nuestro país. Tras la publicación en Libros Cúpula de 'La cuenta atrás para el verano' (2021) y 'Contando atardeceres' (2022), la semana pasada llegó a las librerías 'La chica del verano', el cierre de una trilogía que la afianza como uno de los fenómenos editoriales del momento. 

30.000 ejemplares reservados en preventa y 10.000 vendidos en tan solo cuatro horas. Pese a que las dos anteriores entregas fueron muy bien recibidas, ¿sigue sorprendiéndote la fidelidad de tu público?

Resulta muy gratificante ver la gran aceptación que esta tercera novela y la saga en general está teniendo. Han sido unos años de mucho trabajo. De mucho esfuerzo e inseguridad por saber si toda esa labor de escritura y la ilusión que había detrás de la composición de las novelas conseguiría el objetivo que toda escritora busca, que las lectoras puedan dedicarle lo más preciado que tienen: su tiempo. Yo he invertido gran parte del mío en intentar estar a la altura.

Hace poco señalabas en un tuit que sigue habiendo medios que ignoran tus logros en las listas de ventas. Y, asimismo, cito textualmente: “Tener el apoyo de escritoras consagradas como Pilar Eyre es muy valioso para mí”. Si La Vecina Rubia no hubiese nacido en las redes sociales, ¿el trato sería diferente?

Se tiende a pensar que hay dos clases de cultura literaria: la que genera ventas, que siempre está bajo la exhaustiva lupa de la calidad, incluso con escritores consagrados, y, por supuesto, aquella considerada de calado “intelectual”. No me importa que consideren mis novelas de lectura “ágil y sencilla”. No obstante, sí considero interesante abrir el debate de por qué se ignoran estas novelas y sus números a nivel general. Cuando una novela que tiene decenas de miles de ventas no aparece, se está acallando el gusto por la lectura de decenas de miles de personas. El peso de las etiquetas sigue presente. A mí la de 'influencer' no me molesta, creo que les incomoda más a otros. Soy una 'influencer' amante de la ortografía, comprometida con un mensaje solidario y educativo y ahora escritora.

¿Cuál es el secreto de La Vecina Rubia para conectar con tantísima gente?

Desde pequeña fui una gran aficionada a la lectura. Mi padre me inculcó el gusto por todo tipo de literatura, desde los cómics de Astérix y Obélix a novelas como 'La sombra del viento'. A Zafón, por ejemplo, también le costó que le respetaran porque sus novelas eran consideradas demasiado comerciales. Pero en todas las lecturas siempre detecté un elemento que personalmente me atraía mucho: la identificación, el formar parte de la historia. No conozco cuál es la verdad absoluta en estos términos. Pero, en mi caso, creo que un buen relato debe formar parte de tu vida, echarlo de menos cuando cierras el libro

¿Cómo planteaste la saga “Verano”?

Cuando me decidí a escribir “La cuenta atrás para el verano” ya llevaba tiempo compartiendo en mis redes pequeños textos muy libres y concentrados. Siempre me ha gustado expresarme de una manera clara, intentar llegar a los sentimientos de la manera más honesta. Fue después de varios años con estas pequeñas píldoras, que en cierto modo gustaban mucho y donde ya percibía esa identificación real y honesta, cuando me decidí a dar ese gran paso hacia la novela. No fue fácil consolidar en las 1.300 páginas que conforman esta trilogía todas las ideas alborotadas que había en mi cabeza, pero sí tenía claro que la historia no debía partir de mí como La Vecina Rubia, sino de una adolescente de dieciséis años y su crecimiento como mujer junto a las personas que le acompañan en su vida. Quería que las novelas y la manera en la que estaban escritas y estructuradas reflejaran cada momento vital de la protagonista con un elemento en común y fundamental para mí: el risanto, la montaña rusa emocional que hace que sufras y vivas la historia como si fuera tuya. 

Ante el éxito de los dos primeros títulos, ¿sentiste algún tipo de presión de cara al tercero? 

No solo con las novelas. Me presiono constantemente a mí misma con todo lo que hago. En la tercera novela se descubre parte de esa personalidad de la protagonista que entiendo como la mía propia… y hay veces que no es agradable.

¿Qué poso han dejado en ti cada uno de los libros?

Escribir es liberador y el poso que dejan las novelas, al menos en mi caso, es el del recuerdo y la nostalgia. Y aunque muchas de las partes de las novelas son ficción o están dramatizadas, sí que hay secuencias reales de mi vida en ellas. Personas, que no personajes, que me han acompañado en las experiencias del relato. Recordarlas de nuevo, recrearlas en mi mente antes de llevarlas al papel, ha sido gratificante y muy duro a la vez. Las tres novelas cuentan con momentos difíciles, pero hablar de la muerte de mi padre probablemente fue el más complicado de todos y el más liberador. Escribir sobre mi padre a lo largo de los libros y diferentes momentos de la historia me ha permitido volver a hablar de él en presente, no solo en pasado, y eso ha sido el mejor regalo.

La amistad y la sororidad son dos aspectos recurrentes en tus novelas. Pero en esta última, en concreto, abordas otros temas como el nacimiento de tu alter ego o los miedos que generan un altavoz tan potente como el tuyo. ¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla? 

La amistad es un pilar que evoluciona en cada una de las novelas como lo hacen las propias protagonistas. Con veintiuno esa amistad no es la misma que a los treinta, y no lo será a los cuarenta. La llegada de La Vecina Rubia a mi vida me cambió como persona y, por tanto, cambió la manera en que me relacionaba con mi entorno. Es un tema maravilloso que aborda esta tercera novela donde la rubia, que ya venía adoleciendo de esa autoexigencia de estar siempre disponible para los demás, se encuentra ante el reto de hacerlo, además, para miles de personas. El reto por mantener el anonimato, ser sincera con una misma, el autocuidado y la presión de mentir a su entorno más cercano.

Siempre has afirmado que no tienes intención de confirmar quién hay detrás de La Vecina Rubia. ¿En alguna ocasión te ha corrido por la mente romper este anonimato?

Puedo confirmar que detrás de La Vecina Rubia estoy yo, lo que pasa es que midiendo metro sesenta se me ve poquito. Hay un capítulo clave en la novela que describe el momento exacto en el que la protagonista toma esa decisión sobre el anonimato. Una decisión que sin duda no es fácil, y menos en los tiempos que corren. Al igual que la protagonista, he asumido que el mensaje de la Vecina es más importante que quién está detrás de ella y lo he hecho con mucho gusto. Convencida. Recibo el calor de la gente a diario en cada mensaje. Es más, siento verdadera pena por no llegar a todos los que recibo, aunque leo la mayoría, y no ser capaz de dar mi mano a todo lo que me proponen.

¿Tus más allegados saben que eres La Vecina Rubia? Otro de los temas del libro es precisamente ese: si se trata de esconder información o mentir.

Es uno de los dilemas a los que se enfrenta la protagonista con una base muy real que tuve que desafiar personalmente. Es parte de lo que se conoce como el efecto “bola de nieve”. Llega a tu vida, crece de una manera desmedida, sin que a veces puedas ni sepas cómo pararlo, y te arrolla. La manera en que lo gestionas es importante y en 'La chica del verano' existe ese momento. Tomar la decisión de mentir u omitir la información y mirar para otro lado hace fuerte a la protagonista en sus convicciones y en la opción final que tomará.

Internet es un campo de minas, pero gracias a casos como el tuyo aún hay esperanzas: la comunidad que has creado es muy sana y, además, respeta tu anonimato. ¿Ha sido complicado llegar a ello?

Me siento profundamente agradecida por tener una comunidad así. Cuando digo que somos un gran chat de amigas es porque lo siento de corazón. Nos reímos, nos apoyamos, nos acompañamos. Siempre he mantenido que el mensaje es más importante que la persona. Pienso que cala la honestidad y la transparencia por encima de todo. Intento dar lo mejor de mí misma siempre y no defraudar a nadie, aunque sé que eso es prácticamente imposible, pero no por ello voy a dejar de intentarlo.

¿Qué puedes avanzar de la futura adaptación a la pequeña pantalla de “La cuenta atrás para el verano”?

Conocer los tiempos del proceso audiovisual de momento es algo que se me escapa. Los derechos están cedidos y estamos trabajando en la adaptación, pero son más dilatados que los de la escritura e implican a muchos más departamentos. Sobre el cameo, siempre me gustó la manera en la que Hitchcock aparecía en sus películas y no descarto que algún mechón rubio pueda colarse de fondo en alguna de las secuencias. 

Justo este octubre se cumplen 12 años del nacimiento de La Vecina Rubia en Twitter. Echando la vista atrás, ¿has conseguido todo lo que querías? ¿Cómo te ves en el futuro?

Doce años ya… no era consciente de ello. Más que de lo conseguido a nivel personal, me siento orgullosa de todo lo que hemos conseguido juntas en este tiempo. Desde recaudar todo lo necesario para poner en pie un estudio de investigación para la metástasis en el cáncer de colon en un solo fin de semana hace muchos años, enviar más de cien mil vacunas a niños de países en desarrollo (consiguiendo diez veces más del reto marcado con Unicef) o promover la donación de sangre, médula y pelo, hasta lograr la recaudación necesaria para la instalación de aire acondicionado en una residencia de ancianos en peligro de exclusión y otras tantísimas causas que necesitaban un altavoz. Cuando echo la vista atrás y me doy cuenta de todo lo que somos capaces de lograr juntas es cuando me emociono sinceramente.

“Influencer” vs escritora. La primera palabra, a diferencia de la segunda, sigue teniendo connotaciones peyorativas. ¿Te fastidia que haya gente que no entienda que ambas profesiones son completamente compatibles?

Personalmente, puedo afirmar en clave de humor que las etiquetas solo son para la ropa. Muchos escritores de renombre eran oftalmólogos, profesores o arquitectos antes que escritores. Yo seguiré escribiendo. Dicen que el tiempo lo pone todo en su lugar menos las tetas…