Quemar después de leer

Así es como el Booker Internacional ha cambiado el mundo, por Laura Fernández

El galardón se ha convertido en aquello que llena nuestras librerías de infinidad de libros escritos originalmente en otras lenguas y ha revitalizado el mercado global porque sí, algunos premios, sirven, y para mucho

Así es cómo el Booker Internacional ha cambiado el mundo

Así es cómo el Booker Internacional ha cambiado el mundo / Sara Martínez

Laura Fernández

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En algún rincón de Manchester, Lara Williams, teclea sus historias. Sus historias siempre tienen que ver con la forma en que el mundo no funciona como debería. En la última, 'The Odyssey', recién publicada por Angle Editorial —'L'Odissea'—, una chica, Ingrid, lleva cinco años a bordo de un crucero de lujo. Trabaja en la tienda de souvenirs. Y tiene un jefe chiflado obsesionado con el wabi-sabi, una suerte de cosmovisión japonesa, una filosofía que te anima aceptar la imperfección del mundo. No estar en tierra firme más que a ratos —cuando el crucero atraca aquí y allá— le permite fingir que su pasado no existe, y que nada duele demasiado. Pero entonces ocurre algo —siempre ocurre algo— que la devuelve a la casilla de salida, ¿y qué podrá hacer el wabi-sabi por ella entonces?

Descubrí a Lara Williams en Nueva York. Su libro era uno más en mesas de novedades repletas de lo que parecían novelas indies procedentes de todo tipo de países asiáticos. Me dije entonces ¿dónde habían estado antes? Y ¿por qué estaban, entonces, de repente, por todas partes? A veces el mercado editorial funciona por oleadas. Como una polémica en Twitter, quise decir, en X. Quizá resulte más evidente en estos tiempos que nunca. Pero así es. De hecho, en parte, la propia literatura traducida es una tendencia ahí fuera, en el mercado anglosajón, en realidad, el único que importa, o donde empieza todo. Tendencia que, en el caso de lo asiático, dio comienzo cuando el Booker Internacional se entregó por primera vez a una obra y no una trayectoria.

El año fue el 2016, y el premio lo ganó Han Kang por 'La vegetarian'a, novela que aquí acabó en la desaparecida Catedral. Hoy, Kang es autora de Random House en España. Cuando ganó el premio, 'La vegetariana' llevaba 10 años publicada en su país. Había vendido únicamente alrededor de 2.000 ejemplares en todo ese tiempo. Hoy ha vendido medio millón en inglés. Decía Fiammetta Rocco en 'The Guardian' hace no demasiado que el espaldarazo del premio es más que evidente. Y podría haber añadido que puso en marcha la maquinaria que permitió asaltar estanterías de clásicos —clásicas, en realidad— coreanos y no únicamente coreanos que no se habían tenido en cuenta jamás. Porque esa parte del mundo, literariamente, apenas existía para el resto del mundo.

Impedimenta acaba de publicar la novela que fue Premio de la Literatura Femenina de Japón en 1978. Se titula 'El hijo predilecto' y tiene como protagonista a una mujer que ha desafiado desde el principio todo aquello que se suponía no debería haber desafiado jamás. Se ha atrevido a ser la clase de mujer que ha querido, sin pensar en lo que debería ser una mujer japonesa. Su autora Yuko Tsushima nació en Tokio en 1947. Su padre también era novelista. Uno muy famoso. Pero uno que se arrojó a un río con su amante cuando ella tenía un año. En 'El hijo predilecto' Tsushima invoca a todos sus demonios —ella fue una madre soltera, como la protagonista, y desafió todo lo desafiable— y los extermina uno a uno en una novela que marcó un antes y un después en su país.

La nueva exportación

Un antes y un después que, en 1978, no tuvo ningún impacto internacional. Porque la literatura que se exportaba desde Japón —y desde todo el mundo— era eminentemente, por no decir exclusivamente, masculina. Y he aquí otro componente de la invasión de literatura asiática: que priman las autoras. En realidad, hacen algo más que primar. No hay hombres. Porque hay muchas deudas pendientes, decía Enrique Redel, editor de Impedimenta. Algo en lo que estaba de acuerdo Irene Antón, de Errata Naturae. Errata Naturae acaba de publicar 'La península de las veinticuatro estaciones', de Inaba Mayumi, escritora japonesa que debutó en 1973, y que allí es todo un clásico —tiene hasta un libro de memorias con su gata— pero fuera nadie, o casi nadie, la conocía.

Las agencias literarias españolas ofertan paquetes de autoras coreanas, y lo hacen sabiendo que la literatura traducida está en alza.También aquí. Sólo aquí lo está de lenguas que nunca antes se habían traducido, o no con tanta avidez. En el mundo anglosajón, la literatura traducida no deja de crecer. Un 22% aumentaron sus ventas el año pasado. Uno de cada dos libros que lee alguien menor de 35 años en el mundo anglosajón no es, por primera vez, un libro escrito en su propia lengua. Y eso está llenando el resto del mundo de otro tipo de libros, y acercándonos, indirectamente, a todos aquellos que hasta ahora, como nosotros, estábamos fuera de juego en el tablero global. Así que podría decirse que el Booker Internacional ha cambiado el mundo. Es lo que deberían hacer los premios, ¿no?

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