Casa Sanià
Finestres abre una residencia de escritores en la casa de Palamós donde Truman Capote escribió 'A sangre fría'
Los Javis, sobre ‘La Mesías’: “Habla de crecer encerrado y de todas las veces que te han dicho: ‘Esto es pecado, eres asqueroso”
Jota (Los Planetas): "Me he visto muchas veces en un tris de dar el paso que dio Iván Zulueta"
La nueva residencia de escritores de Finestres, donde residió Truman Capote. / EPC
Por qué confiar en El Periódico Leticia Blanco
Coordinadora de Cultura y Ocio
Periodista de la sección de cultura. He trabajado en El Mundo, donde coordiné durante una década el suplemento de cultura emergente Tendències.
De los tres veranos que Truman Capote pasó en la Costa Brava escribiendo la más famosa (con permiso de ‘Desayuno con diamantes’) de sus novelas, ‘A sangre fría’, el último se alojó en Casa Sanià, una casa blanca de dos pisos situada en un acantilado sobre al mar, rodeada de pinos, con vistas de escándalo al Mediterráneo y unas sinuosas escaleras que bajan hasta una pequeña cala.
La nueva residencia de escritores de Finestres, donde residió Truman Capote. / EPC
Propiedad de la familia Ferrer-Salat (dueños de la farmacéutica que produce, entre otros, el Gelocatil), la casa de veraneo se ha transformado en el último año en una residencia literaria a la que este sábado llegan Mariana Enriquez e Irene Pujades. En unos días se les sumará la precoz leyenda del hip hop y el ‘spoken word’ Kae Tempest.
El plan es que pasen un mes juntas, alejadas de las prisas mundanales, escribiendo, paseando, nadando (sería un pecado no hacerlo en el mar o la piscina de la residencia) y, quién sabe, puede que invocando al fantasma de Capote que, según algunos, revolotea por la casa. Mathias Énard y Laura Fernández forman parte de los 50 escritores que recalarán anualmente en la residencia, con plazas para cuatro autores: tres se quedarán en Casa Sanià y un cuarto vivirá la experiencia recluido en la cabaña de Cala Canyers, a dos minutos a pie.
Un año en fase piloto
La residencia es una pieza más dentro del “universo Finestres” desplegado hace tres años con las dos librerías de la calle Consell de Cent, la editorial de cómic y los premios de narrativa y ensayo. Un universo literario que se suma al veterano mecenazgo musical de la Fundació Ferrer-Salat y que seguirá expandiéndose en la primavera de 2024, cuando Finestres abra una tercera librería en Palamós.
Leila Guerriero, Mariana Enriquez y Nicolás G. Botero. / Made using TurboCollage from www.TurboCollage.com
La residencia se presenta ahora, pero lleva alrededor de un año en una discreta fase piloto por la que han pasado Irene Solà, Elif Batuman, Belén López Peiró, Clyo Mendoza, Gabriela Wiener, Juan Gómez Bárcena, Sabina Urraca, Pol Guasch o Marcos Giralt. También los poetas Gabriel Ventura y Ángela Segovia, que estuvo el marzo pasado con su hijo Nicanor de dos años correteando por el cami de ronda que bordea el terreno. Y Leila Guerriero, a la que Finestres encomendó que investigara sobre la estancia de Capote en Palamós, sobre la que circulan más leyendas que certezas.
La dificultad del fantasma
Fruto de las pesquisas, la cronista argentina (quien de momento oscila el récord de escritura en un día en Sanià, 60 páginas) ha escrito un ensayo que tiene algo de cuento de misterio titulado ‘La dificultad del fantasma’. El texto empieza con una visita de Guerriero al cementerio de Palamós en busca de una lápida en memoria de Robert Ruark, el escritor que invitó a Capote y que fue el anfitrión de buena parte del Hollywood dorado que recaló en la Costa Brava en los 50, de Ava Gardner a David Niven, Robert Mitchum y Peter Sellers.
Una de las habitaciones de la residencia de escritores de Finestres. / EPC
Al frente de la residencia está el mexicano Nicolás G. Botero, que hasta ahora ejercía de mano derecha de la baronesa Beatrice Monti della Corte von Rezzori en la residencia literaria más glamurosa de, como mínimo, el sur de Europa, Santa Maddalena, ubicada en plena Toscana y donde han coincidido primeras espadas como Zadie Smith, Sally Rooney, Colm Tóibín o Emmanuel Carrère.
Esperando la pena capital
Es difícil saber con exactitud qué parte de ‘A sangre fría’ escribió Capote en Casa Sanià. Estuvo 18 meses repartidos entre 1960 y 1962 en la Costa Brava y se sabe que viajó a Londres para hablar con un psiquiatra sobre los perfiles de los dos asesinos protagonistas. ‘A sangre fría’ lo consumió, en parte porque no pudo terminarla hasta que en 1965 sus protagonistas fueron ajusticiados con la pena capital. La novela se publicó en 1966 y está considerada como una obra maestra del Nuevo Periodismo.
Lo que dice Gerald Clarke en la biografía más minuciosa de las publicadas es que “sentado allí en su casa, junto a los acantilados, contemplando las suaves aguas del Mediterráno, comprendió también, quizá por vez primera, la verdadera dimensión de lo que intentaba realizar”. Aquel verano en Sanià también lo visitó la hermana de Jackie Kennedy, Lee Radziwill, y en cuanto esta se marchó, Gloria Vanderbilt.
El escritor Truman Capote en una imagen de archivo. / EPC
Un cuento inédito de Capote
Casualidad (o no: ¿habrá dado sus frutos la invocación del fantasma de Capote?), este viernes vio la luz un cuento inédito de Truman Capote, todo un acontecimiento literario que ha publicado la revista norteamericana ‘The Strand’. Titulado ‘Another day in paradise’ (‘Otro día en el paraíso’), el relato fue descubierto en los archivos de la Biblioteca del Congreso de Washington y según el editor de la revista, Andrew F, Gulli, hay más material inédito. La protagonista es Iris Greentree, una estadounidense que vive en una villa en Sicilia, choca con su criada italiana y devora la revista ‘Time’ en busca de destellos de su hogar y conoce a la señora Daphne Beatty-Bayliss, una "inmensa" mujer británica dueña de dos caniches con "correas de diamantes de imitación".
