Entrevista

Ben Yart, popper, dinero bajo el colchón y luchar o no contra el 'meme': "Me torturo si he estado feliz"

El Festival B demuestra la salud de hierro de los sonidos alternativos

El verano en el que los artistas han alzado la voz: quejas por las primeras filas en los festivales

Ben Yart con su perro, Kari, en Barcelona el pasado martes

Ben Yart con su perro, Kari, en Barcelona el pasado martes / Ferran Nadeu

Ignasi Fortuny

Ignasi Fortuny

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Acaba de publicar una canción ligera, disparatada y fiestera llamada, directamente, 'Popper (cumbia del popper)'. Ben Yart no disimula, o casi nunca lo hace, sea para hablar de una noche condimentada con drogas o para narrar alguna vivencia oscura. "Filtro hay un poco", comenta este artista pamplonés de 28 años en conversación con este diario. "Hay cosas que yo puedo mostrar sin que me de vergüenza. Yo sé lo que no muestro a la gente, mi intimidad está bastante protegida", añade el rapero, de nombre real Beñat Abarzuza. Sí que muestra y explica su relación con las drogas, pues su presencia en su música es evidente y abiertamente expuesta. "Son [las drogas] como objetivos de una cámara diferentes. Pues un día utilizas uno, otro día otro... Con una droga lo ves desde un punto de vista, con otra desde otro, sobrio desde otro…", ejemplifica. 

Por su extravagancia, a Ben Yart también se le ha convertido a menudo en 'meme' [monigote popular en internet y sus chistes], algo contra lo que lucha y no lucha al mismo tiempo. "Tengo un ego supergrande, de locos. Hay días que está picado y no le gusta ser un 'meme', pero otros días se aprovecha de que es un 'meme'. Hay días que quiero que Ben Yart sea valorado como artista, pero cuando estoy bien digo: ‘ah, ¿y si soy un meme qué?’ Y juego con ser un 'meme', confiesa. 

Así es Ben Yart, singular, espontáneo y, sobre todo, inimitable, también su música. "Yo describiría mi música como un 'reality show', pero yo soy la persona de la cual están vendiendo su intimidad y, a su vez, cuando ya me he grabado a mí mismo, soy el director de ese 'reality show' y digo ‘quita esto, quita lo otro’. Una vez me he mostrado tal y como yo soy, soy capaz de decir 'esto está guapo y esto no'". 

Ben Yart se dio a conocer con Chill Mafia, colectivo de trap que pegó hace un par de años un bombazo con letras rompedoras, provacadoras, punkys. De ellos se dijo que eran la actualización, la forma contemporánea, del rock radical vasco. Ben Yart, que ahora hace camino en solitario y afincado en Barcelona, discrepa un poco y lo resume así: "Lo que tenemos nosotros es que nos lo hemos comido en fiestas y bares sin querer. Pero no lo hemos ido a buscar a Youtube".

Pero Ben Yart no es tan solo la ligereza de 'Popper', hay mucho viaje a las profundidades en sus letras. "Me he dado cuenta de que una canción feliz es más difícil que me la justifique a mí mismo. Me da más 'grima' lo que he hecho feliz que lo que he hecho triste, lo que he hecho triste casi nunca me da grima. Es como superlegítimo para mí haber estado triste y, en cambio, me torturo si he estado feliz", dice.

El visceral y profundo 'Ceros'

En junio publicó su primer disco, 'Ceros', un gran trabajo conceptual hecho desde las vísceras y con mensaje de largo alcance. Canciones sobre el dinero, la angustia por tenerlo, despilfarrar billetes en un día de paga, y el capitalismo que consume nuestras vidas. "He estado bastante marcado por el embargo en el banco estos últimos años y por tener dinero bajo el colchón. Me hacía sentirme un cero a la izquierda, y tener bastante dinero bajo el colchón, un cero a la derecha. Yo mismo tomaba mis decisiones muy influenciado por si tenía lo que los demás querían o si quería lo que los demás tenían", expone este pamplonés, que pasó una temporada viviendo en la casa okupa El Kubo, como narra en 'Gracias a Pi' ("Por fin vendí el Mac; y pude ver el mar", empieza el tema). 

El disco gira en torno a los 'ceros' y juega en colocarlo a un lado o al otro y con todo lo que esto supone. Ahora mismo dice sentirse "más cero a la izquierda que nunca", aunque cuando tiene un bolo se sitúa a la derecha "porque todos mis amigos quieren entrar y no puedo invitar a todos, porque se me va a desmadrar, y en ese momento los veo a todos como un grano en mi culo". "Pero normalmente estoy en lo contrario: puta burocracia, putos ricos, putos suecos...", remarca.

Ben Yart actúa este sábado en el Festival B y solo avanza que va con banda. "No sé cómo me va a pillar a mí, si estaré más serio, más irónico... O enfadado. Lo bueno que tiene mi 'meme' es que estoy enfadado y se piensan que es una broma. El 'meme' es un colchón, me quita responsabilidad".