El 'Grito nocturno', mágico y neogótico, de Borja González, Premio Nacional de Cómic 2023

El particular universo, mágico y macabro, que Borja González vertió en ‘Grito nocturno’ (Reservoir Books), su segunda novela gráfica tras 'The Black Holes', le ha valido al dibujante extremeño el Premio Nacional de Cómic 2023. La obra premiada, un bello y tierno cuento de terror sobre la identidad y el olvido, que aborda temas como la amistad y la redención, trata, como él mismo ha señalado a este diario tras conocer el galardón, "sobre el misterio de cómo vivir en un mundo extraño". 

‘Grito nocturno’ destaca "por la lírica, el surrealismo y por un trabajo gráfico de una gran elegancia y exquisita belleza", ha opinado el jurado sobre un cómic "de carácter neogótico y con un punto onírico y cotidiano a la vez, que hace soñar y participar al lector". En él, añaden, sorprenden "la fuerza y la vitalidad de sus protagonistas femeninas", tres mujeres jóvenes y solitarias en una ciudad triste y azul, en la que se dice que una voz fantasmal llora durante las noches.

Una de ellas es Teresa, un poco el ‘álter ego’ del autor, que tiene una librería especializada en fantasía, terror y ocultismo. Ella ya salía en 'The Black Holes' y protagoniza también 'El pájaro y la serpiente', que Reservoir Books publicará este septiembre, pues los tres cómics forman el ciclo que González (Badajoz, 1982), de 41 años, ha bautizado como 'Las Tres Noches' y donde ha desarrollado su personal imaginario. 

"Son personajes recurrentes en mis cómics, si fuera cine sería como trabajar con los mismos actores. Las conozco y tiro de ellas para reflejar las historias que quiero contar. Teresa está desubicada e intenta entender la realidad que la rodea, un poco como yo. Por eso, cada libro del ciclo lo ubico en distintos lugares y épocas, en 1516 o en el presente", explica González, contento por el premio, porque recuerda que cuando salió ‘Grito nocturno’, "temía que no gustase o no se entendiese" su manera de hacer cómic. 

El galardón que concede el Ministerio de Cultura, dotado con 30.000 euros, consagra e impulsa la carrera del ilustrador e historietista autodidacta, forjado en el mundo de los fanzines y que se autoeditó ‘La Reina Orquídea’ (2016). En ‘Grito nocturno’, a Teresa la acompaña Matilde, una joven ‘skater’ y lectora. Una noche, la librera invoca en pleno bosque a Laura, una demonio ‘otaku’ que puede conceder deseos. "Yo tenía claro qué deseo iba a pedirle ella, pero la gracia estaba en mantener la incógnita, en ofrecer un misterio, porque creo que hoy día hemos perdido la capacidad de sorpresa, queremos que nos lo den todo mascado y nos expliquen siempre la misma historia. Yo soy muy Teresa y, como ella, creo que invitaría al demonio a quedarse en casa y le diría: ‘vamos a pensarlo detenidamente", cuenta el dibujante, al que no se le habría ocurrido, asegura, desear que le dieran el Premio Nacional.  

Personajes sin rostro

"Quería plantear cómo desenvolverse en un momento y un lugar que no entiendes. Porque si no entiendes el mundo que habitas, ¿cómo te relaciones con las demás personas que te rodean? En realidad, cualquiera de las tres protagonistas podría hacer realidad los deseos de las otras, pero no lo saben", explica el autor, quien, según el jurado, "es capaz de transmitir con su trabajo unas emociones que atrapan y enganchan a través de sus estilizados personajes sin rostro", otra marca de la casa. 

Página de 'Grito nocturno'.

Más terror

El inminente 'El pájaro y la serpiente' "es una historia también gótica, pero de época y más de terror, ambientada en un castillo. Contrasta con ‘Grito nocturno’, que es más urbana". En ese espacio-tiempo, las mujeres esperan a que los hombres regresen de una expedición de caza. En una dinastía perpetuada por solemnes ritos donde cada uno tiene un papel que cumplir, Matilde y Teresa acuerdan escapar juntas. 

Si no entiendes el mundo que habitas, ¿cómo te relacionas con las demás personas que te rodean?

El autor extremeño nunca se planteó que su cómic se leyera con perspectiva feminista ni reivindicativa. "Me expreso bien con las protagonistas, me siento cómodo con ellas. Si eso está presente es porque también lo está en mi vida, porque lo hablamos con mi pareja, y eso se filtra". 

Sobre el debate surgido a principios de semana, cuando el dibujante David Rubín renunció a las nominaciones de los premios Dolmen de cómic porque no había autoras entre los finalistas, González opina que "por suerte, cada vez hay menos situaciones como estas". "Creo que las cosas han cambiado en los últimos años y hoy hay autoras maravillosas. Pero aún queda camino por recorrer".