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'A Hundred Flowers' - 1

'A Hundred Flowers' - 1 / Avalon

Quim Casas

Quim Casas

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Hace poco más de un año la actriz Carme Elías anunciaba que padecía alzhéimer. Una de las novelas de la última Premio Nobel de Literatura, Annie Ernaux, se titula ‘No he salido de mi noche’, que son las últimas palabras que escribió su madre antes de ser diagnosticada con la maldita enfermedad que anula la memoria, la experiencia vivida. Hablar literaria o cinematográficamente del alzhéimer hace tiempo que dejó de ser un tabú, pero tratarlo en unas páginas o una pantalla necesita de cierto tacto y comprensión, tanta como experimentar la dolencia a través de quienes la sufren.

El también novelista japonés –y de considerable éxito en su país– Genki Kawamura debuta como director con la adaptación de una novela propia inspirada en su abuela, afectada por la demencia desde hace siete años. La preciosa idea del filme surge de las 100 flores que le dan título: según el escritor, cineasta y nieto, según refleja la película, el centenar de flores se convierten en espacios de esa memoria cada vez más fragmentada y diluida, flores que hacen recordar espacios y lugares que ocupó la mujer.

Aunque hay momentos de dramática intensidad, el filme se caracteriza por su moderación, una puesta en escena entre elegante y sofisticada y la misma contención de los intérpretes, con Mieko Harada –protagonista de algunas de las últimas películas de Akira Kurosawa– como eje de todas las cosas en el relato.