Estreno de cine

'Asteroid City' de Wes Anderson: una puesta en escena prodigiosa, un sentido del humor exquisito

Una escena de la película.

Una escena de la película. / EPC

Desirée de Fez

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Una de las cosas recurrentes en el cine de Wes Anderson es la idea de la representación, en muchos casos formulada a modo de matrioshka: el mundo ideal, encapsulado en el mundo real. De ahí la tienda de campaña en el salón ('Los Tenenbaums'), el espectáculo infantil en 'Moonrise Kingdon' (2012) o el pez en la copa de Steve Zissou ('Life Aquatic'). En 'Asteroid City', va más allá y convierte esa idea de la representación en el corazón del relato. De una forma sofisticada y brillantísima, su película alterna dos planos.

Una escena de la película. 

Una escena de la película.  / EPC

Por un lado, la retransmisión televisiva (en blanco y negro) del proceso de preparación y escritura de una obra de teatro. Por otro, en color, la representación de la obra en sí. O, mejor dicho, la puesta en escena, en una ciudad del desierto, de las ideas y las emociones que fluyen y chocan en la preparación de una obra y tienen tanto que ver con el texto como con la fragilidad de las partes implicadas (del autor del libreto a los actores que la interpretarán).

En una oda hermosa a la ficción y a quienes la hacen, Anderson convierte ese conflicto de egos, inseguridades y fogonazos de ingenio en un tapiz insólito de personajes y relaciones humanas (y no sólo humanas) ambientado en la ciudad de Asteroid City. Y allí hace su magia. En ese lugar está todo lo bueno de Anderson en un estadio más maduro, con ideas renovadas: una puesta en escena prodigiosa, un amor insólito en estos tiempos por la planificación rigurosa, el color y el detalle, un sentido del humor exquisito, una defensa del momento musical y la capacidad de seguir generando escenas e imágenes para el recuerdo.