Votación

Carreteras, ríos y corazones hambrientos. ¿Cuáles son las 10 mejores canciones de Springsteen?

Así fue la votación de las mejores canciones de Springsteen: la lista completa

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Bruce Springsteen, en 1973.

Bruce Springsteen, en 1973. / EPC

Juan Manuel Freire
Rafael Tapounet
Jordi Bianciotto
Ramón Vendrell
Miqui Otero
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Condensar una carrera discográfica de medio siglo en 10 títulos emblemáticos es un reto siempre temerario. Si el protagonista de esa carrera es Bruce Springsteen, la misión es directamente imposible. Una locura. No solo por la cantidad de 'hits' inapelables con los que el rockero de Nueva Jersey ha construido su leyenda sino por el sentimiento de devoción casi religiosa que preside la relación de los fans con el músico, que hace que cada uno de sus seguidores tenga un personalísimo canon de favoritas. Aun así, aquí estamos para intentarlo. En los días previos al primero de los dos conciertos de Springsteen en el Estadi Olímpic, EL PERIÓDICO preguntó a un panel de críticos, periodistas y fans (la nómina aparece al final) cuáles eran, a su juicio, las mejores canciones del artista a quien llaman 'Boss'. Y de esas votaciones salió el 'top ten' que ahora presentamos en orden inverso (la lista completa de las canciones mencionadas y el detalle de cada una de las votaciones puede consultarse aquí).

'Badlands'

(‘Darkness On The Edge Of Town’, 1978)

Imbatible himno de rock proletario. Tras un periodo de silencio forzado por un feo pleito con su antiguo mánager, Springsteen abandona la épica juvenil de sus primeros discos para retratar la heroica lucha cotidiana de quienes tratan de mantener vivo el fuego de los ideales en un mundo sin alma al que todo le importa un carajo. El sonido se endurece, los versos se hacen tensos y desafiantes y los fieros solos de guitarra y saxo nos advierten de que el protagonista está dispuesto a estrellarse una y otra vez contra el muro hasta que uno de los dos se resquebraje. Rafael Tapounet  

'Atlantic City'

(‘Nebraska’, 1982)

La suciedad del sonido de ‘Nebraska’, puñado de grabaciones en (gloriosas) cuatro pistas, resulta especialmente adecuada para un corte como ‘Atlantic City’, indagación en el lado más fangoso de esa Las Vegas de la costa este. Con algo de auténtica crónica negra (arranca con la voladura del gánster Philip ‘Chicken Man’ Testa en su propia casa en marzo de 1981), pero todavía más de ‘noir’ romántico, es la historia de una fuga hacia, seguramente, ninguna parte, como parece saber un narrador que usa el estribillo para recordar lo inevitable de la muerte. La resignación nunca ha sonado tan suciamente bien. Juan Manuel Freire

'Candy's Room'

(‘Darkness On The Edge Of Town’, 1978)

Ilustra la obsesiva manera que tiene Springsteen de trabajar en las canciones. El número utiliza el esqueleto musical y versos de ‘Fast song’ (pieza ya con potencial de caballo ganador) y parte de la letra de ‘Candy’s boy’. Y en el estudio se hicieron la tira de tomas y aún más mezclas hasta dar con el resultado definitivo. El solo de guitarra que hace estallar el tema es de aúpa, pero la batería de Max Weinberg y el piano de Roy Bittan no se quedan atrás. La Candy del título es uno de los personajes más turbios del Boss y su interpretación ha hecho correr ríos de tinta. Ramón Vendrell

'Racing In The Street'

(‘Darkness On The Edge Of Town’, 1978)

Los jóvenes amantes que en ‘Thunder Road’ se lanzaron a la carretera en busca de la tierra prometida se ven atrapados en el desolado páramo de la vida adulta con todos sus sueños hechos añicos. Las citas a los Beach Boys (‘Don’t Worry Baby’) y Martha and the Vandellas son solo fantasmas de una época de entusiasmos y promesas ya desaparecida. Una sublime muestra del talento de Springsteen como letrista en Cinemascope que el piano de Roy Bittan, el órgano de Danny Federici y la batería de Max Weinberg elevan a cotas de emoción devastadora. R. T.

'The River'

(‘The River’, 1980)

Solemos hablar de ‘The River’ como un álbum sobre los altos y bajos de la vida, pero su corte titular es, ante todo, una sucesión de bajos. La historia (basada en la hermana de Bruce) de una pareja desbordada siempre por las circunstancias: un embarazo adolescente, la boda más triste del mundo (“sin flores, sin vestido de novia”), una economía en caída libre… Y con el río del título como único lugar donde respirar, refugiarse o volver a creer en los sueños de adolescencia. Springsteen y la E Street insuflan épica tranquila a sus luchas para recordar que no hay vidas pequeñas. J. M. F.

'Hungry Heart'

(The River, 1980)

Y suena el redoble y las cabezas (en el bar, en la tienda de discos, en el concesionario, en la habitación de la pareja) empiezan a decir que sí, que sí, o que no, que no, a ritmo. Si el lugar está vacío, se llena. Si la persona está pocha, sonríe. ¿Por qué? Porque todo el mundo tiene un corazón hambriento. Compuesta inicialmente para los Ramones, pero retenida por Springsteen por consejo de su mánager y lanzada como primer gran 'single' de 'The River', 'Hungry Heart' envuelve en el celofán de un piano contagioso y una batería básica (de las que bombean como un corazón bondadoso o alegre) una letra que va de uno que se marcha, se equivoca de camino, apechuga, sigue tirando y piensa en que todo el mundo tiene un corazón hambriento, pero también en que todo corazón hambriento necesita una casa. A veces, esta canción es, precisamente, ese paseo y también esa casa. O sea, la vida. Y la odisea. Miqui Otero

'Jungleland'

('Born To Run', 1975)

Cerrando el recorrido de ‘Born To Run’, como desenlace de la aventura esbozada por ‘Thunder Road’, Springsteen desciende a los bajos fondos para dedicar a la gran urbe una suerte de poema sinfónico de reminiscencias ‘gershwinianas’, con arreglos de cuerda, que se extiende hasta más allá de los nueve minutos (más de dos de los cuales corresponden al imperial solo de saxo de Clemons). Del relato lleno de recovecos dramáticos y de su descripción de personajes y viñetas, heredera de la literatura de Dylan, sale victorioso el rock’n’roll, reconocido como tabla de salvación para “los hambrientos y los cazados”. J. B.

'Rosalita (Come Out Tonight)'

(‘The Wild, The Innocent & The E Street Shuffle’, 1973)

En sus mejores momentos, aquella antigua alineación de la E Street Band, con el batería Vini López y el teclista David Sancious, era como un tren cargado de explosivos lanzado a toda velocidad, a punto de descarrilar y conducido por un maquinista puesto de anfetaminas. Con sus generosas dosis de romance juvenil, rebeldía callejera y desafío al mundo adulto, el primer gran ‘showstopper’ de la carrera de Springsteen es como una versión rocanrolera de ‘Romeo y Julieta’, todo pasión y chulería. “Sé que a tu padre no le molo, pero él nunca ha entendido nada”. R. T.

'Born To Run'

(‘Born To Run’, 1975)

Apoteósica minisuite (otros artistas habrían hecho dos y hasta tres canciones con tanta música y tantas palabras) que sublima los sueños adolescentes de amor, libertad y comerse el mundo a través de una canónica iconografía automovilística y una cascada de sonido de inspiración spectoriana, pero con asombroso detallismo. Más que un ‘tour de force’, ‘Born to run’ es un momento bíblico del rock. Springsteen y la E Street Band al 11 de intensidad en un tema capaz de convertir a la causa al más cínico de los ‘indies’. R. V.

'Thunder Road'

('Born To Run', 1975)

El pórtico del álbum ‘Born To Run’ es un peliculón ‘in crescendo’ que nos invita a comernos en el mundo dejando atrás lamentos, miedos y fatalismos. El narrador se dirige a la chica, Mary, para pedirle que se suba al auto: “hay magia en la noche” y “una última oportunidad de hacerlo real”. Pieza conocida inicialmente como ‘Wings for wheels’, Bruce la retituló inspirado por el cartel del filme que Robert Mitchum protagonizó en 1958. Dinámica vertiginosa, trepando a partir del piano de Roy Bittan hasta el glorioso clímax espoleado por el saxo de Clarence Clemons, impulsando la canción hacia la eternidad. Jordi Bianciotto

Así fue el sistema de votación

Cada uno de los participantes ha elaborado una lista de 10 canciones de Bruce Springsteen por orden de preferencia. De cada lista, se otorgaron 10 puntos a la primera clasificada, 9 a la segunda, 8 a la tercera y así sucesivamente. El ránking final se elaboró con la suma de los puntos recibidos por cada canción. Han participado en las votaciones Jordi Bianciotto (crítico de EL PERIÓDICO), Joan Cañete Bayle (subdirector de EL PERIÓDICO), Mar Cortés (periodista, coautora de 'Bruce Springsteen en España'), Alfred Crespo (codirector de 'Ruta 66' y editor), Ignasi Fortuny (periodista de EL PERIÓDICO), Juan Manuel Freire (crítico de EL PERIÓDICO), Miqui Otero (escritor), Alicia Rodríguez (periodista y promotora musical), Rafael Tapounet (periodista de EL PERIÓDICO), Núria Torreblanca (guionista, redactora de 'Julia en la Onda'), Salvador Trepat (responsable del portal 'Point Blank'), Ramón Vendrell (periodista de EL PERIÓDICO) y Maria Vila (abogada y opinadora).