Abuso de menores

Samantha Geimer, víctima de violación de Roman Polanski, defiende al director en una entrevista junto a Emmanuelle Seigner

"No soy una víctima y lo que ocurrió nunca fue un gran problema para mí", explica la actriz, que defiende que el cineasta le ha demostrado su arrepentimiento y no debería ir a prisión

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fondocomun Fotos 1 (112562438) / EFE / JULIEN DE ROSA

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En 1977, Roman Polanski fue acusado de violar a una menor de 13 años, Samantha Geimer, que por aquel entonces iniciaba su carrera como modelo. El cineasta, que tenía 43 años en ese momento, llevó a la joven a casa de su amigo Jack Nicholson, dónde presuntamente le administró alcohol y estupefacientes para posteriormente abusar sexualmente de ella. 

Los cargos iniciales impuestos contra el director fueron desestimados a cambio de que este se auto declarara culpable de tener relaciones sexuales ilícitas con una menor, y aceptara una condena de 90 días de prisión. Pero cuando se enteró de que se enfrentaba a cargos adicionales y a una posible nueva condena, Polanski, que contaba con permiso para viajar para terminar el proyecto fílmico en el que estaba trabajando, voló a Londres y después a Francia, país donde tiene nacionalidad, para evitar ser extraditado a Estados Unidos. Desde entonces, no ha vuelto a pisar suelo norteamericano, a pesar de los reconocimientos que instituciones como la Academia han continuado concediéndole, entre ellas, un Oscar en 2003 por 'El pianista'.

Desde entonces, Geimer se ha pronunciado a menudo en apoyo de Roman Polanski, asegurando que ella "no es una víctima y que lo ocurrido nunca fue un problema", pero que sí la ha atormentado tener que hablar de ello durante toda su vida. Ahora, en un artículo publicado por la revista francesa Le Point, ha vuelto a salir en su defensa, y esta vez lo ha hecho en una conversación con Emmanuelle Seigner, mujer del director

"Permítanme ser muy clara, lo que sucedió nunca fue un gran problema para mí. Ni siquiera sabía que era ilegal, que alguien podría ser arrestado por ello. Estaba bien y sigo estando bien. El hecho de que hayamos hecho de esto un gran conflicto, pesa terriblemente. ", aseguraba Geimer. 

"Recuerdo la década de los 70, en el momento en que estaba empezando a trabajar, cuando el sexo era recreativo y a veces transaccional. Me convertí en modelo a los 14 años. Todas las chicas, se acostaron con los fotógrafos y yo no fui la excepción. Pero el sexo era algo normal, un aspecto natural de la vida. No había todo este drama, toda esta oscuridad que rodea al sexo ahora.", añadía Seigner. Y haciéndose eco de estas declaraciones, Geimer continuaba diciendo: "El deseo femenino ha sido negado, aniquilado. Es triste para las mujeres, pero especialmente para las más jóvenes. Imagínate llegar a la edad adulta en esta era, me parece espantoso. No veo qué tiene de feminista reivindicar el victimismo."

Samantha Geimer en su adolescencia.

Samantha Geimer en su adolescencia. / EPC

"No debería ir a prisión. Es hora de pasar página"

En una entrevista con cedida al medio IndieWire en 2018, Geimer reconoció que su encuentro sexual con Polanski fue una "violación", pero sostuvo en ese mismo momento que el cineasta se había hecho responsable de sus acciones. "Me escribió una carta escrita a mano y dijo: 'Lo siento, fue culpa mía y lamento lo que pasaste'. Sentí que se arrepintió de ello cuando le arrestaron. Durante toda mi vida supuse que lo lamentaba y yo no lo creía necesario. Pero cuando me envió esa disculpa, me di cuenta de que marcó una gran diferencia para mi madre, mi esposo, algunos de mis amigos y mis hijos. Fue realmente significativo para las otras personas de mi alrededor que se preocupan por mí, lo que lo hizo realmente significativo para mí, y por lo que estoy agradecida.", explicaba. 

Defiende, además, que para ella es momento de pasar página porque Polanski ya cumplió su sentencia. "Yo no quería que fuera a la cárcel, pero lo hizo y fue suficiente. Pagó su deuda con la sociedad. Fin de la historia. Hizo todo lo que se le pidió hasta que la situación se volvió loca y no tuvo más remedio que huir. Su intento de extradición fue injusto y contrario a la justicia. Cualquiera que piense que merece estar en prisión se equivoca.”, aseguraba. 

A lo largo de los años, otras cuatro mujeres han denunciado al polaco por abuso sexual de menores, pero para Geimer esta es solo otra muestra de la inutilidad del movimiento #MeToo. "Se me han acercado un montón de personas diciendo que quieren, con sus mejores intenciones, que vaya con ellas a hablar, a decir la verdad. Pero la única verdad es que sólo les preocupan por sus carreras y por el éxito de su programa de TV. Si alguien quisiera realmente ayudarme, 1977 habría sido un gran momento. ", concluía.