Rescate editorial

La novela perdida en la que Leonard Cohen empezó a ser Leonard Cohen

El volumen 'Un ballet de leprosos' reúne los primeros relatos de ficción que el artista canadiense escribió cuando tenía poco más de 20 años

Leonard Cohen, a principios de los 60 en Hydra, Grecia

Leonard Cohen, a principios de los 60 en Hydra, Grecia / ECW Press

Rafael Tapounet

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Cuando en 1963 un joven poeta canadiense llamado Leonard Cohen le entregó el manuscrito de ‘El juego favorito’ a su editor, Jack McClelland, este se negó en principio a publicar el libro alegando que estaba lastrado por “el narcisismo típico de una primera novela”. Cohen respondió entonces que aquella no era su primera novela, sino la tercera, y que tenía dos anteriores guardadas en un cajón. En realidad, eran una y media, puesto que ‘The Famous Havana Diary’, un recuento del viaje a Cuba que hizo en 1961 para presenciar de cerca los efectos de la revolución castrista, había quedado inacabada (solo han sobrevivido cinco páginas). La otra, ‘Un ballet de leprosos’, sí estaba completa y, aunque Cohen se mostraba moderadamente orgulloso de ella (la consideraba superior a ‘El juego favorito’), nunca vio la luz. Hasta ahora.

Leonard Cohen renunció a la escritura de ficción en 1966, después de publicar la novela ‘Hermosos perdedores’. Decepcionado por las escasas ventas de aquel libro, el canadiense decidió probar suerte como cantautor folk en Estados Unidos y en 1967, a los 33 años, grabó su primer elepé, ‘Songs of Leonard Cohen’. El éxito del disco determinó su camino. Reverenciado en todo el mundo como autor e intérprete de canciones, el canadiense facturó más de una veintena de álbumes y siguió publicando colecciones de poemas (en 2011 fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras), pero abandonó por completo la novela.

Voracidad póstuma

Como suele suceder con los artistas que alcanzan un estatus seudomítico, la muerte de Cohen en 2016 disparó la demanda de material inédito con su firma. Respondiendo a ese anhelo, en 2018 vio la luz el poemario ‘La llama’ y un año más tarde se publicó el elepé póstumo ‘Thanks for the dance’. Entretanto, la profesora Alexandra Pleshoyano, responsable del archivo Leonard Cohen depositado en la Universidad de Toronto, había empezado a trabajar con un manuscrito que incluía ‘Un ballet de leprosos’, novela de poco más de 100 páginas escrita entre 1956 y 1957 (cuando el autor no tenía más de 22 años), además de 15 relatos y un guion breve para una obra radiofónica fechados entre 1956 y 1961. La compilación que reúne toda esta producción de juventud se publicó finalmente en octubre del año pasado y ahora acaba de ser vertida al castellano por la editorial Lumen y al catalán por Empúries (con traducciones de Miguel Temprano y Míriam Cano).

Portada de 'Un ballet de leprosos'.

Portada de 'Un ballet de leprosos'. / EPC

“A partir de las cartas recogidas en el archivo de Leonard Cohen, sabemos que intentó publicar estas obras en diversas ocasiones –escribe Pleshoyano en el texto que cierra el volumen a modo de epílogo-. Aunque el rechazo forme parte de la carrera de muchos escritores jóvenes, en su caso es desconcertante, dado el éxito de sus primeros libros de poemas”. Se refiere a ‘Comparemos mitologías’, de 1956, y ‘La caja de especias de la Tierra’, de 1961, obras que tuvieron en su momento una notable aceptación y que enmarcan, al menos en sentido temporal, los escritos recogidos en este último libro.

Intuiciones de futuro

Aunque no carecen de momentos brillantes (Cohen es Cohen), las ficciones reunidas en ‘Un ballet de leprosos’ casi resultan más interesantes por los pasajes que se pueden interpretar como intuiciones del autor sobre su futuro que por su estricto valor literario. En el centro de estos relatos aparecen ya desplegados algunos de los temas que presidirán más adelante la obra poética y musical del canadiense -la violencia, el deseo sexual, la religión, la pérdida, la culpa, la humillación, la búsqueda de la libertad…-, pero en no pocas ocasiones el afán juvenil de perturbar e incluso escandalizar al lector parece imponerse al deseo de describir una realidad compleja.

A priori, el objeto de mayor interés es la novela que da título al conjunto. ‘Un ballet de leprosos’ narra la historia de un contable treintañero que vive solo en un cuarto alquilado, mantiene una relación con una mujer aficionada a declamar monólogos irritantes en los momentos de intimidad y se ve obligado a hacerse cargo de su abuelo, un hombre de temperamento violento y comportamiento errático a quien no conoce de nada. Fascinado por la brutalidad del anciano, el protagonista se embarca él mismo en una espiral de crueldad cuya víctima principal es el atribulado empleado de una consigna de equipajes. Todo muy Dostoyevski (el autor de 'Crimen y castigo fue una influencia determinante en esa primera época de aprendizaje).

Sombrero y gabardina

Tanto en la novela como en los relatos breves, Cohen va proyectando imágenes sacadas de su propia biografía: la prematura muerte de su padre, la estrecha relación con su madre, el judaísmo de la familia, la irrupción de un abuelo procedente del Este de Europa, el paisaje de Montreal, las aspiraciones artísticas enfrentadas a la hostilidad del mundo... Y en los momentos más reveladores –que serán, probablemente, los más gratificantes para los fans- se describe a sí mismo en presente con toda crudeza (“Vi mi rostro en el espejo. Retrato del Poeta Perdiendo el Tiempo”, escribe en ‘Muy bien, Herb, muy bien Flo’) mientras fantasea con su yo del futuro: un tipo “heroico” con sombrero y gabardina que pasea de noche por un bulevar mojado “acompañado de la simpatía de un público innumerable” (‘El corazón de gramola’).

Habrían de pasar casi 10 años antes de que Leonard Cohen pusiera música a uno de sus poemas titulado ‘Suzanne takes you down’ y aquella fantasía empezara a convertirse en realidad.

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