Crítica de cine

Crítica de ‘La inspiración. El gran Pirandello’: autor en busca de personajes

Toni Servillo se pone en la piel del dramaturgo y escritor italiano en el filme de Roberto Andò

Fotograma de 'La inspiración. El gran Pirandello'.

Fotograma de 'La inspiración. El gran Pirandello'. / Lia Pasqualino

Quim Casas

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Luigi Pirandello regresa a su localidad natal siciliana y se entera de que su antigua nodriza acaba de fallecer. Decide organizar un funeral con todos los honores, para el que contrata a dos curiosos sepultureros que se dedican, también, al teatro aficionado. De hecho, la película empieza con el nefasto ensayo de uno de sus espectáculos. El filme fantasea con la relación entre el autor de ‘Seis personajes en busca de autor’, la obra teatral que escribió en 1920, el año en el que acontece la acción, y tan peculiares enterradores teatrales, lo que uno les aporta a los otros y viceversa. El planteamiento es bastante interesante, una reflexión/fabulación en torno a las relaciones que se establecen entre los creadores y sus personajes. Pero el director, Roberto Andò, prefiere tender hacia un estilo más costumbrista, de comedia ligera en muchos momentos, como si quisiera hacer una película más popular antes que un verdadero análisis sobre el arte de la creación literaria o teatral. 

A Pirandello lo interpreta Toni Servillo, un muy buen actor, y el más conocido del cine italiano contemporáneo, que a veces vampiriza demasiado los personajes que le tocan en suerte. Aficionado a encarnar gente real y célebre (Pirandello, Pablo VI en la serie ‘Exterior noche’, Berlusconi en ‘Silvio y los otros’ o Giulio Andreotti en ‘Il divo’), Servillo ha modelado un estilo identificable pero poco dúctil.