Arte

Pezones, lenguas, preservativos y vibradores en tonos pastel: empieza Arco

Entre los artistas jóvenes más destacados figura la catalana Eva Fàbregas, la apuesta de la galería barcelonesa Bombon Projects, que apuesta por explorar “la erótica del objeto de consumo y los mecanismos de ingeniería del deseo” a través de la escultura, el vídeo, la instalación y el sonido

eva

eva / Roberto Ruiz

Judith Navarro

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hoy empieza en Madrid la cita con el arte contemporáneo más destacada del sur de Europa, Arco. La 42ª edición de la feria se celebra desde este miércoles hasta el domingo 26 de febrero y contará con la presencia de 211 galerías de 36 países: es la edición más internacional desde el final de la pandemia y el país invitado en esta ocasión es Grecia. 

La celebración de Arco coincide con los buenos datos económicos del mercado del arte, un sector boyante que cerró 2022 con una robustez ajena los vaivenes económicos o la inflación. Entre las novedades de la feria figuran, por cierto, dos debuts catalanes: el de la galería Chiquita Room y la Fundació Joan Miró, que tendrá un stand propio. 

Entre los artistas jóvenes más destacados figura Eva Fàbregas, la apuesta de la galería barcelonesa Bombon Projects, que apuesta por explorar “la erótica del objeto de consumo y los mecanismos de ingeniería del deseo” a través de la escultura, el vídeo, la instalación y el sonido, explican desde la galería. “Su interés en los afectos la ha llevado a producir obras que abordan la cultura del bienestar y la relajación, el psicodrama y la industria del marketing, así como las subculturas terapéuticas en las redes sociales”.

Esculturas coloridas, de textura blanda y aspecto deforme. De formato grande, llamativas a simple vista y que simbolizan justo lo que parecen: pezones, lenguas, preservativos y vibradores; pero pintados en colores pastel. La práctica artística de Eva Fàbregas es una explosión de euforia sensual y sexual. Una exploración de lo erótico elevado a su máximo exponente y, a la vez, presente en todos nosotros y en todo nuestro mundo. 

Según Bombon Projects, la obra de Fábregas gira en torno “al deseo y la atracción, a lo somático y lo táctil”. “Trabajando con materiales sintéticos y procesos de fabricación suaves y maleables, las esculturas de Eva Fàbregas abarcan la posibilidad del compromiso táctil, la intimidad física, el vínculo afectivo, la ternura y diversas formas de experimentación somática con y a través de sus esculturas”. Sus piezas están realizadas con materiales como la silicona translúcida y el látex, elementos propios de la medicina protésica y de los juguetes y las tecnologías sexuales. 

Cuando esta artista catalana afincada en Londres comenzó a dar vida a su trabajo tenía una noción de lo fálico en su cabeza: la arquitectura del consolador, su aspecto brillante y sus líneas limpias con formas tentadoras. “Quería tocar y meter partes de su cuerpo dentro de ellos, llenar sus cavidades y hacer que ellos llenen las de ella. Una especie de doble penetración”, explicaba Lorena Muñoz Alonso con motivo de la exposición que protagonizó en Bombon Projects en 2022.  

Pero el coito no es lo único que inspira su obra. Su interés por los efectos de lo sicalíptico también lo ha aplicado en los objetos de consumo, razonando sobre cómo se rompen los límites del deseo y del afecto sexual para llevarlos más allá del cuerpo biológico y aplicarlos, por ejemplo, en el marketing, generando verdaderos mecanismos de ingeniería del deseo. 

En Arco se podrá ver una de las esculturas monumentales de tejido elástico y pelotas hinchables recientemente presentadas en la pasada Bienal de Lyon, “formas corporales y orgánicas que apuntan a un imaginario de decadencia y fragilidad, pero también de contagio y monstruosidad” que buscan provocar una sensación de “peligro y amenaza” mientras invitan al espectador a relacionarse físicamente con ella: “la gente puede tocar, sentarse o tumbarse sobre las esculturas”, explican desde la galería, “e imaginar otros cuerpos posibles, otras formas de estar en el mundo, nuevas formas de fuerza, resistencia y afecto”. 

Sus piezas hinchables de vivos colores también evocan el mundo de las plantas (flores con sus pistilos y semillas), animales (cadáveres y capullos de insectos) y humanos (órganos reproductivos). Colgando del techo, parecen a punto de proliferar por todo el recinto, amenazando así con contaminar las áreas de exposición. 

Jugando con el contraste entre las formas orgánicas de sus esculturas y el aspecto industrial de la arquitectura, las obras de Fàbregas nos invitan a ir más allá de las oposiciones binarias entre fragilidad y fuerza, crecimiento y decadencia, sensualidad y monstruosidad.