Jaume Sisa, medalla de oro de Barcelona por “unanimidad intergaláctica”

De prodigioso hay que calificar que en estos tiempos haya algo, lo que sea, que suscite unanimidades en todo el espectro político, aunque haya que buscarlo más allá de los confines terrestres si es necesario. Hasta allí nos fuimos este lunes para atender a la entrega de la Medalla de Oro al Mérito Cultural a la siempre galáctica figura de Jaume Sisa, distinción que, tal como explicó la alcaldesa Ada Colau, había sido aprobada por todos los grupos políticos municipales.

Simpático acto, el del Saló de Cent, en cuyo patio de butacas se pudo ver una distinguida representación del ramo cancionista, con colegas como Quimi Portet, Roger Mas, Oriol Tramvia y miembros de Mishima y Manel, felices de que uno de los suyos saliera de su madriguera para obtener tan alto honor institucional. Una medalla que, deslizó Ada Colau, “quizá debería haber llegado antes”, y que era de justicia dado que Sisa, apuntó, representa a “la Barcelona, canalla, rompedora, valiente y creativa”. Por eso suscitó semejante “unanimidad intergaláctica” en el consistorio.

Sol de medianoche

La alcaldesa aseguró haber cantado ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’ en manifestaciones por el derecho a la vivienda (por aquello de que “casa meva és casa vostra si és que hi ha cases d’algú”) y elogió “el alma de niño que no quiere perder la inocencia”, encarnada por el cantautor de Poble Sec. Concluyó con un deseo: “la política necesita hacerse galáctica”. Tomando el testigo, Jordi Martí, teniente de alcaldía, resaltó el fondo condal de la obra de Sisa citando aquel delicioso álbum de 1982 llamado ‘Barcelona postal’ (acopio de canciones sobre la ciudad que tramó con el artista multidisciplinar Miralda), y el actor y director teatral Oriol Broggi glosó su figura y dio fe de que, en efecto, “hay noches en las que puede salir el sol”. Palabras a las que Fer Acosta (del grupo Inspira) dio continuidad cantándonos el clásico esotérico ‘El setè cel’.

Y a todo esto, ¿el homenajeado? Ahí estaba, en su bancada preferente, acompañado del que fue su mánager (cuando estaba en activo) y, sin embargo, amigo, Gerardo Sanz, encajando las loas con su proverbial circunspección. Esperábamos con ansia su parlamento, y cuando llegó el momento, se levantó y se libró al canto ‘a cappella’ de uno de sus temas, ‘Me’n vaig en globus’ (del disco ‘Visca la llibertat’, 2000), suerte de pasodoble que deslizó un mensaje de despedida de los compromisos y servitudes terrenales. “Passi-ho bé, senyor Esteve / Adiós, señora Carmen…”, celebró como quien se va lejos, muy lejos. Jaume seguirá con nosotros, pero Sisa se fue, y “des de l’altura tot es veu petit”.