Novedad editorial

'Historias del arte': 3.500 años de enajenación y misticismo

El joven pintor Aldo Urbano publica un cómic colosal en el que ilustraciones y textos se alían para brindar una experiencia psicodélica en toda regla

Reportaje sobre el artista Aldo Urbano que publica el cómic ‘historias del arte’ en la Galeria Bombon projects

Reportaje sobre el artista Aldo Urbano que publica el cómic ‘historias del arte’ en la Galeria Bombon projects / Elisenda Pons

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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Movida por la admiración por su obra, la editorial Contra propuso al pintor Aldo Urbano (Barcelona, 1991) que hiciera un cómic titulado 'Historia del arte'. Dentro, carta blanca. Manteniendo una mínima rima con el título, claro.

Urbano rechazó la propuesta. "Me pareció un proyecto excesivo -dice-. Demasiado 'heavy'". Pero en su cerebro se quedó la oferta dando vueltas como un 'single' extraño y tentador y fueron aflorando "ideas y frases". La pandemia, que al final se acabará revelando mano de santo para la creación, y no por su aprovechamiento como tema sino por el tiempo muerto que brindó, terminó de hacerle cambiar de opinión. "Era ahora o nunca". Adelante.

El resultado, dos años de "trabajo intenso" después, y eso que Urbano pinta "rápido", es el álbum 'Historias del arte', que no 'Historia', y quita el hipo: 350 páginas, más de mil viñetas e ilustraciones hechas con acuarela y gouache, más tinta para el rotulado. La magnitud importa, pero 'Historias del arte' quita el hipo sobre todo porque es llameante psicodelia.

Página del capítulo 'El enorme sacrificio de Deir El-Medina', de 'Historias del arte.

Aldo Urbano

"No sé si esto es lo que esperaba Contra", dice Urbano. Seguramente no, nadie podía esperar algo así, pero aquí está y es motivo de celebración.

Cuatro episodios

Las cuatro historias del arte que cuenta la obra son la del reinado de Akhenatón, el faraón que impuso el culto monoteísta a la deidad solar Atón en detrimento del resto del panteón egipcio, muy destacadamente de Amón, el dios de la creación y hasta entonces el más venerado, con una pequeña ampliación dedicada a la ciudad-delirio de Amarna; la de la tercera gran persecución del budismo en China, centrada en la región de Dunhuang, donde se encuentran las cuevas de Mogao o de los Mil Budas; la de los siete años de 'desaparición' de Agnes Martin (1912-2004) en el desierto de Nuevo México, y la de la borrosa muerte de Blinky Palermo (1943-1977) en las islas Maldivas.

Página del capítulo 'La desaparición de los manuscritos de Dunhuang', de 'Historias del arte'.

Aldo Urbano

El volumen se divide en los bloques 'Pintura antigua' y 'Últimos pintores', y abarca desde el 1350 a. C. hasta 1977. Casi 3.500 años de enajenación, misticismo, pesadilla y renacimiento a los que Urbano da forma de fábula colosal y alucinada, no exenta de golpes de humor subterráneo, sin otra enseñanza que: el arte es terrible y transformador. Una idea realzada por la habitual imaginería flamígera de Urbano y por impactantes representaciones del éxtasis.

El artista, no obstante, niega tener una visión torturada del arte. Aunque admite: "Los artistas tendemos a meternos en líos donde nadie nos ha pedido que nos metamos. Mentiría si dijera que me lo he pasado superbién todo el rato haciendo 'Historias del arte'. Ha sido un proceso intenso con retos que me ha costado resolver. Ahí está el punto catártico de caer para resurgir".

¿El reto principal? "La composición de las páginas, juntar pintura y escritura de una forma natural".

Página del capítulo 'Agnes Martin en el desierto', de 'Historias del arte'.

Aldo Urbano

No al pie de la letra

Urbano cita 'Historia universal de la infamia', de Borges, como influencia narrativa, en el sentido de que "importa más el relato que su cualidad histórica y didáctica". Esto es: no se tomen como una crónica lo contado, al fin y al cabo es una mezcla de "hechos, invención y experimento". Con el vector "poético" como mínimo en igualdad de condiciones con el "historiográfico". Si una cosa no quería Urbano es dictar lecciones.

De Akhenatón aprecia Urbano que fue un personaje entre "profético y loco", así como que con él floreció el "único periodo un poco expresionista" del antiguo arte egipcio. La cultura tibetana, simplemente, le gusta "mucho", sobre todo la parte "chamánica". Martin y Palermo, por su parte, hicieron "pintura mínima con un componente muy espiritual y silencioso, en la que se desdibuja su personalidad hasta ser casi anónimos". Espectros de las dos primeras historias se infiltran en las dos últimas.

Página del capítulo 'Blinky Palermo en las Maldivas', de 'Historias del arte'.

Aldo Urbano

Las 350 planchas originales del cómic 'Historias del arte' se expondrán en la galería Bombon Projects a partir del 12 de enero. Vaticinio con claros visos de resultar ganador: no habrá aquelarre más lisérgico en 2023.

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