Hasta el 21 de mayo de 2023

La colección de arte Bassat crea sorprendentes parejas de baile en el Museu Marès

El publicista y coleccionista expone por primera vez en Barcelona 30 esculturas que dialogan con piezas de la permanente del centro artístico del Gòtic en la muestra 'Confluencias'

Lluís Bassat, ante la obra de su colección 'La reina Marianna II', de Manolo Valdés, que dialoga con un políptico de la vida de santa Clara (hacia 1500).

Lluís Bassat, ante la obra de su colección 'La reina Marianna II', de Manolo Valdés, que dialoga con un políptico de la vida de santa Clara (hacia 1500). / ANNA ABELLA

Anna Abella

Anna Abella

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Una talla policromada de una Virgen de los Dolores del siglo XVII, obra de Sebastián Ducete, entrecruza las manos mientras dirige su mirada hacia su hijo crucificado, en una figura que cuelga en una pared cercana. La imagen de esas manos orando dialoga, ante los ojos del visitante, con una escultura de hierro retorcido, ‘Lotura XIV’, que parece también abrazar lo intangible, pieza de Eduardo Chillida (1924-2002), quien utilizó su experiencia como portero de fútbol en la Real Sociedad, parando los balones con sus manos, para explorar el espacio artístico. Es una de las ‘parejas de baile’ que propone la exposición ‘Confluencias’, donde 30 esculturas de la colección de arte contemporáneo del publicista Lluís Bassat y su esposa Carmen convivirán, contrastarán y dialogarán hasta el 21 de mayo próximo con otras tantas de la permanente del Museu Frederic Marès de Barcelona, que reúne arte barroco, medieval, del Renacimento y también romano y del siglo XIX. 

La escultura de Chillida 'Lotura XIV', junto a la Virgen de los Dolores con las manos entrecruzadas, de Sebastián Ducete, del siglo XVII, en la muestra 'Confluencias'.

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Comisariada por Ricard Mas, reúne esculturas de Joan Miró, Henry Moore, Pablo Gargallo, Julio González, Aurèlia Muñoz, Joan Brossa, Josep Maria Subirachs, Manolo Valdés, Andreu Alfaro, Gerard Mas o el citado Chillida, elegidas entre las más de 3.000 obras que ha reunido desde 1973 el matrimonio Bassat, cuya colección es la primera vez que se expone en Barcelona aunque habitualmente pueda verse en la Nave Gaudí de Mataró y haya viajado en distintas muestras por el mundo y el resto del país.  

'Mujer reclinada', de Henry Moore, dialoga en 'Confluencias' con una una escultura de dos figuras femeninas del siglo II.

'Mujer reclinada', de Henry Moore, dialoga en 'Confluencias' con una una escultura de dos figuras femeninas del siglo II. / EFE / QUIQUE GARCÍA

El propio Bassat (Barcelona, 1941) ha calificado este miércoles de "sorprendente y divertida" la propuesta expositiva del museo, que ofrece al espectador adivinar él mismo esas confluencias. Algunas de ellas comparten espiritualidad, otras coinciden formalmente o contrastan entre sí, y también hay intrusiones, cuenta el comisario. En el recorrido por el fondo reunido por el también coleccionista Frederic Marès (1893-1991), estos lazos destacan especialmente por el diseño de Albert Vallverdú, que ha utilizado vistosas y coloridas peanas que rompen la uniformidad cromática de la temporal y llaman la atención. 

Busto de 'Dama de las avispas', de Gerard Mas, en diálogo con un busto relicario de una santa del siglo XVI.

Busto de 'Dama de las avispas', de Gerard Mas, en diálogo con un busto relicario de una santa del siglo XVI. / EFE / QUIQUE GARCÍA

Una de las primeras que este encuentra es una cabeza a tamaño natural del emperador romano Augusto, del siglo I d.C., con la mirada al frente, con un rostro que rezuma autoridad. A su lado reposan dos cabezas gigantes realizadas en 2016 por el artista barcelonés Samuel Salcedo: ‘Oscuro’, hecha con grafito y mostrando las mejillas hinchadas justo antes de exhalar aire, y ‘Claro’, de madera casi blanca, que evoca introspección. "Son dos formas de pensamiento interior que dialogan con la concepción de poder que emana el busto romano", explica Mas para, a continuación, llamar la atención sobre la escultura de bronce ‘Mujer reclinada’, de Henry Moore, "que fusiona la figura humana con el paisaje", y que dialoga con dos figuras femeninas clásicas del siglo II. Estas últimas son de mármol y han perdido brazos y cabezas: esas partes del cuerpo han regresado a la naturaleza de la que nacieron, cerrando un ciclo.   

'Cristo en la columna' (siglo XVI), junto a la columna de bronce 'Capti', de Marcel Martí.

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Posa el reconocido fundador de la agencia Bassat Ogilvy junto a la pieza de su colección ‘La reina Mariana II’, de Manolo Valdés. "Es la reina que pintó Velázquez, una fábrica de herederos, prisionera en realidad del ritual de la corte pese a su vestido de seda", relata el comisario. Tras ella, un políptico sobre la vida de santa Clara, que por el contrario, "eligió la esclavitud de su convento y el hábito negro frente a la riqueza".  

Sola una obra es de una escultora, la barcelonesa Aurèlia Muñoz. "No había demasiadas en la época", lamenta Mas. Suya es ‘Óvalos blancos’, "una reinterpretación de un tapiz de macramé, tejido que convierte en una escultura dominando la forma", y que enlaza con "el dinamismo aerodinámico del manto de san Juan Evangelista policromado" de juan de Montejo de principios del XVII.