Estreno en el TNC

¿Por qué gusta tanto Peeping Tom? El secreto del éxito de la compañía de danza

La compañía ofrece en Barcelona 'Triptych', la trilogía completa sobre la memoria y el paso del tiempo

Triptysch

Triptysch / MAARTEN VANDEN ABEELE

Marta Cervera

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Peeping Tom mantuvo 10 años en cartel su espectáculo '32 rue Vandenbranden'. Con 'Triptych', que estrenan en el Teatre Nacional de Catalunya este miércoles y representarán hasta el día 20 también podría ocurrir algo similar si el fenómeno continúa. Las nueve funciones previstas en la Sala Gran dan una idea del interés que despierta esta aclamada compañía.

Esta vez vuelven con la trilogía completa sobre la memoria, un mundo donde se cruzan esperanzas, utopías, amores y recuerdos que aparecen tan nítidos como distorsionados.

Se compone de tres piezas con una estética cinematográfica donde sus anteriores creaciones 'The missing door' (2013) y 'The lost room' (2015) -ya presentadas en el Grec de 2020 como Diptych- se completan ahora con 'The hidden floor' (2017). El agua tiene gran protagonismo en ella.

Pero ¿cuál es es secreto de esta compañía con base en Bélgica y Barcelona que ha conectado tanto con el público y, en especial, con el espectador barcelonés? Ahí van algunas claves.

Danza y teatro: un todo

Si en algo se diferencia Peeping Tom es su estilo, su particular manera de imbrincar danza y teatro en un todo donde se retroalimenta. Un lenguaje orgánico y con alma, único y singular. "Si tenemos un dúo de danza maravilloso intentamos encajarlo en la dramaturgia y si durante el trabajo dramatúrgico hay unas sensaciones o sentimientos que necesitamos expresar buscamos la manera de plasmarlo a través de la danza. Es como un puzzle", explica Franck Chartier director de la compañía junto a la argentina Gabriela Carrizo. Danza, teatro y música se retroalimentan desde el minuto cero de la creación.

Virtuosismo

La calidad de los bailarines de Peeping Tom es impresionante. Unos 2.400 se presentaron a las pruebas para buscar a los intérpretes de esta nueva aventura. Konan Dayot, Fons Dhossche, Lauren Langlois, Panos Malacatos, Alejandro Moya, Fanny Sage, Eliana Stragapede -que se alternará en Barcelona con Chloé Albaret, bailarina de Nederlands Dans Theater-, Thomas Michaux y Wan-Lu Yu protagonizan este inquietante trítptico donde el ser humano se enfrenta a sus fantasmas.

Esta trilogía fue creada inicialmente para la prestigiosa compañía de danza contemporánea holandesa NDT, una de las más importantes del planeta. Cuando dejaron de representarla, Carrizo y Chartier buscaron a intérpretes capaces de seguir representando estas exigentes piezas integrándolas en un mundo donde el ser humano está atrapado. En la primera obra todo pasa en una habitación con muchas puertas, después en un barco con largos pasillos que al final, acaba a la deriva, medio sumergido.

Conexiones

Todo conecta entre las obras de Peeping Tom. Una creación lleva a la posterior. De allí su interés en hacer trilogías como la dedicada a la familia -'Vader', 'Moeder', 'Kind'- y esta sobre la memoria y esa sensación de inquietud, de falta de cosas tangibles en el mundo líquido de hoy. "Cada espectáculo que hacemos conecta con el anterior. A veces hay escenas que nos gustan pero no encajan en lo que estamos preparando pero nos sirven para alimentar el siguiente", comenta el director. Son muchas las ideas que aparecen durante el proceso de creación y que dan origen a otras historias. "Si por mí fuera yo haría no una trilogía sino una serie", añade.

Sueño y realidad

Las creaciones de Peeping Tom parten de situaciones reconocibles pero en su mundo todo se distorsiona, como en una pesadilla o un sueño extraño. El subconsciente cobra presencia en sus obras y deja espacio para que el espectador acabe la película por su cuenta, añadiendo su propia experiencia. La tensión entre los personajes se funde con el humor negro a veces, con sorpresas u trucos escénicos, en otras. Todo es extraño y humano a la vez. Inquietante también. Para los intérpretes es todo un reto. "La fisicalidad de la interpretación me ayuda a meterme en el personaje. Es muy exigente y en cada piezas todo es más abstracto y distorsionado", reconoce Panos Malacatos, uno de los ocho afortunados elegidos entre los más de 2000 bailarines que se presentaron al casting de Peeping Tom.

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