Una autora singular

Pilar Adón explora la cara siniestra de la sororidad

La escritora, que se reveló con la magnífica 'Las efímeras', visita el Festival 42 con su nueva novela 'De bestias y aves'

BARCELONA 04/11/2022 Icult. Entrevista con la escritora Pilar Adón. En librería Laie. FOTO de ELISENDA PONS

BARCELONA 04/11/2022 Icult. Entrevista con la escritora Pilar Adón. En librería Laie. FOTO de ELISENDA PONS / Elisenda Pons

Elena Hevia

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Poco a poco y sin hacer mucho ruido, Pilar Adón (Madrid, 1971) se ha ido afianzando como una de las voces más personales y singulares del actual panorama de las letras en español. Las novelas de Adón, novelista, traductora y editora -también ha escrito relatos y poesía- se sitúan en territorios claustrofóbicos, mundos cerrados que conforman universos raros donde todo ocurre según unas reglas precisas y extrañas. Son historias que aunque parten de la realidad se resisten a ser realistas. De ahí que la presencia de la autora en el Festival 42 de géneros fantásticos en el que participó este viernes sea justificadísima.

‘De bestias y aves’ (Galaxia Gutenberg) que llega después de la muy celebrada ‘Las efímeras’ tiene un punto de arranque similar al de los cuentos de hadas. Como la Alicia de Lewis Carroll o la Chihiro de Hayao Miyazaki, la protagonista, Coro, atraviesa una puerta, la de una casa aislada en el campo y deja atrás su antigua y conocida realidad urbanita (teléfono móvil incluido) donde después de haberse perdido es acogida por una extraña comunidad de mujeres. Coro, pintora, obsesiva y perfeccionista, arrastra la muerte de su hermana y una crisis personal que la ha dejado sin asideros emocionales. “Me gusta mirar las cosas desde un punto de vista lateral con ojos nuevos y que eso produzca un extrañamiento que, espero, haber propiciado en el lector”, explica en su fugaz visita a Barcelona.

Respecto a la trama, ¡ay!, casi no hace falta decir que lo que en principio podría parecer un refugio acaba convirtiéndose en una trampa preparada por esa sororidad oscura. Y Coro no conseguirá -pero tampoco querrá- salir de allí. Adón lanza pistas que adobarán los malos presagios: la casa-ratonera se llama Betania, el lugar donde la Biblia sitúa la resurrección de Lázaro o el propio título de la obra que nos presenta un paralelismo con una naturaleza dura y cruel. “La novela desarrolla la idea de cómo un individuo perdido se enfrenta a un grupo establecido, habla de cómo se van minando nuestras certezas creyendo que controlamos hasta que nos damos cuenta que no controlamos nada”.   

Una habitación propia dentro de otra

 La claustrofobia que encierra la acción es marca de la casa y parte consustancial de la biografía de la autora a la que siempre le ha gustado lo recoleto. “Mi madre me cuenta que de niña solía meterme debajo del escritorio de mi habitación donde hacía los deberes. Yo cubría aquel espacio con sábanas, me escondía allí con mis cosas y me pasaba horas encerrada allí”, señala alardeando que -gran lectora de Virginia Woolf- ella sí tuvo una habitación propia desde el principio, aunque se empeñara en crearse otra habitación aun más pequeña y recogida en aquel espacio.

También es consciente de que su historia va a la contra de los tiempos, en los que un 'smartphone' no te permite la vieja y enriquecedora experiencia de perderte. Asegura, ella que tanto se pierde, que le gusta esa sensación como una forma de rebeldía porque “no encaja con esta sociedad ultraexploradora y ultraperfeccionista”.

Adón es hija de unos padres que decidieron dejar su pueblo e instalarse en los 60 en una de las ciudades dormitorio que rodean Madrid. De ahí que su conocimiento del campo, tan crucial en su trayectoria, provenga de esas raíces que le hicieron pasar allí todos los fines de semana, la fiestas y las vacaciones. “Nunca he tenido un sentimiento fuerte de pertenencia ni a la ciudad ni al pueblo. Sentía que no acababa de ser de ningún sitio y eso es algo muy importante en mi novela. Si el campo tiene un mayor peso, eso es porque el libro está muy vinculado a mi padre, que falleció hace unos años. Esta novela esconde esa pérdida”.