Festival de Sevilla

Virginie Efira: “No olvidemos que el feminismo no empezó con el MeToo”

La prolífica y afamada actriz belga presenta en el Festival de Sevilla 'Los hijos de los otros', reflexión sobre la maternidad no genética, y estrenará la semana que viene en cines 'Memorias de París'

Virginie Efira, en el festival de Venecia de 2022, donde estrenó 'Los hijos de los otros'

Virginie Efira, en el festival de Venecia de 2022, donde estrenó 'Los hijos de los otros' / Marco Bertorello / AFP

Nando Salvà

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En los últimos años se ha confirmado como una de las actrices más importantes de Europa. En España, está de actualidad por dos motivos. Primero, estrena en salas el drama ‘Memorias de París’, sobre los atentados terroristas de 2015 en Paris. Segundo, su visita al Festival de Sevilla para presentar ‘Los hijos de otros’, reflexión sobre la maternidad no genética y esa cosa llamada reloj biológico a bordo de la que ofrece la que quizá sea la mejor interpretación de su carrera. 

La directora Rebecca Zlotowski ha afirmado que escribió ‘Los hijos de otros’ para rememorar episodios de su propia vida. ¿Por qué decidió usted protagonizarla?

Yo también me siento muy íntimamente conectada con la película. Como mi personaje, tengo una edad a la que ya es difícil tener un bebé, y he sido abandonada de forma traumática por un hombre. Asimismo, durante mucho tiempo tuve la sensación de que solo me involucraba sentimentalmente con hombres que ya habían tenido a una mujer importante en su vida, con la que habían tenido un hijo. Con solo 22 años me convertí en madrastra, y descubrí qué extraña es la relación afectiva que estableces con el hijo de tu cónyuge. Nunca sabes cuál es la cercanía o la distancia correcta que mantener respecto a su educación. Cuando leí el guion de la película por primera vez, rompí a llorar.

 ‘Los hijos de otros’ explora los prejuicios que siguen existiendo en la sociedad respecto a las mujeres que no han sido madres a cierta edad, o a las que carecen de instinto maternal. ¿Qué explicación les encuentra usted?

Obviamente, ese cliché según el que una mujer solo puede realizarse a través de la maternidad, según el que el sentido mismo de la feminidad es la procreación, es producto del patriarcado. Es uno de los asuntos que tenemos pendientes de resolver como sociedad. Yo jamás me atrevería a afirmar que las vidas de las mujeres que tienen hijos son más exitosas que las de aquellas que no los tienen. Mi hija es lo que más me importa en este mundo, pero entiendo que otras mujeres no aprecien la maternidad del mismo modo.

También protagoniza ‘Memorias de París’, drama dirigido por Alice Winocour sobre los atentados terroristas ocurridos en París en 2015 que se estrena en España el próximo viernes. ¿Qué preguntas de índole ética o moral se hizo a la hora de interpretarla?

Inicialmente no estaba segura de tener legitimidad para hablar del asunto. Pero creo que, si realmente queremos cerrar la herida colectiva que ese suceso causó, es necesario dialogar de forma saludable sobre él. Escuché decenas de testimonios de personas afectadas por los atentados, revisé las grabaciones de los juicios a los terroristas, hablé con psiquiatras acerca del estrés postraumático. Y soy muy sensible al aumento del odio, la desconfianza, la xenofobia y la ultraderecha que han tenido lugar no solo en Francia sino en toda Europa tras esos atentados.

Tiene varias películas más pendientes de estreno. De hecho, usted es probablemente la actriz más ocupada del cine francés. ¿No se ha planteado tomarse un descanso?

Supongo que mi voracidad actoral tiene que ver con el hecho de que empecé en el cine tarde, después de cumplir los 30. Y tengo suerte, me están ofreciendo proyectos francamente interesantes. ‘Los hijos de otros’ y ‘Memorias de París’ son películas dirigidas por mujeres, por mujeres de mi misma generación que han decidido contar historias que son muy personales para ellas. Cuando se me ofredció interpretarlas, sentí que negarme no era una opción.

¿Es casualidad que buena parte de sus películas hayan sido dirigidas por mujeres?

A decir verdad, y a pesar de lo que pueda parecer, no responde a un plan. Soy feminista de los pies a la cabeza, por supuesto, pero me dan un poco de miedo el integrismo y el puritanismo en el que el feminismo ha caído en los últimos años. El feminismo no empezó con el ‘MeToo’, no debemos olvidarlo. Y tampoco debemos negar el derecho que los cineastas hombres tienen a contar historias sobre mujeres. De hecho, autores como Pedro Almodóvar o Paul Verhoeven han contado historias femeninas mucho mejor que la mayoría de directoras actuales.

Usted se dio a conocer como presentadora de televisión en su Bélgica natal. ¿Siente que esos inicios se lo han puesto particularmente difícil para abrirse camino en el cine de autor?

Por supuesto, he sido encasillada y víctima de prejuicios, pero sobre todo por mí misma. Durante muchos años fui por la vida con la cabeza gacha, y pidiendo perdón constantemente por mi pasado como presentadora. Me sentía acomplejada, inferior. Pero no hay nada tan pernicioso, y tan equivocado, como avergonzarse de una misma. Es imprescindible evitarlo. Siempre.