Fundación Tony Manero, un arrollador último baile en Apolo

Muchas noches de sudores y algarabías, haciendo bailar a la comunidad, precedían el pase de despedida de la Fundación Tony Manero, este viernes en un Apolo con todo el papel vendido desde hacía meses. Y el grupo barcelonés las invocó haciendo, por última vez, aquello que tan bien sabe hacer: activar su martillo pilón ‘funky’, con músculo y seda, sin contemplaciones, para rendir honores a su principio de siempre, el de “hacer unidad alrededor de la música disco”, como nos recordó su guitarrista, Lalo López.

La Fundación Tony Manero surgió en 1996 con aires de homenaje irónico a la era dorada discotequera, casi dos décadas atrás. Pero de aquel fenómeno urbano, que se fortificó en salas como Bikini (donde grabó su primer álbum a base de versiones), salió una carrera con marchamo propio, capacidad de evolución y ‘hits’ de su cosecha. Muchos de ellos proceden de su segundo disco, ‘Looking for la fiesta’ (2000), el más citado en Apolo, con ocho canciones. Números como ‘T. F. P. (Tropical funky president)’, ‘No more chico encantador’ y ‘Conmotion’, que nos saludaron con toda la artillería instrumental, incluyendo el indispensable trío de metales.

Soul de barrio

Hablamos de un grupo cuyo repertorio ni contempla baladas, ni ‘sets’ acústicos, ni trucos pensados para dosificar la energía. Con ellos, todo es fibra, un subidón continuo a cuenta de distintos acentos de la música bailable de una era, incluyendo el diálogo electrónico contemporáneo (el álbum ‘Click!’, 2005, del que salió ‘Sube el tocadiscos’) o el sonido boogie de los primeros 80 (los temas ‘Disco para adultos’, 2020). Sustanciosa (aunque breve) fue la cuña del ambicioso proyecto multidisciplinar ‘Pandilleros’ (2009), su ‘West side story’, bañado en soul ‘blaxpoitation’ y cine quinqui.

La Fundación volvió a poner al público a comer de su mano valiéndose del doblete de ‘frontmen’, Miguelito Superstar y Paquito Sex Machine. Solo se pusieron un poco nostálgicos cuando, hacia el final, celebraron haber vivido “un sueño” a lo largo de estos 26 años. Cerró el ‘set’ el tema titular del concierto, ‘Se acabó lo que se daba’, y la tanda de bises añadió un valioso tiempo añadido, se diría que tratando de retardar dramáticamente el crepúsculo.

Última llamada para ‘United soul’ y ‘Chungo de quitar’, esta con dos invitados de la familia, el teclista Mantecao y el guitarrista Comandante Loperena. Y para ‘Supersexy girl’, que fue precedida con un guiño a Donna Summer y su ‘Last dance’, orientando la brújula hasta el final hacia sus fuentes de inspiración.