Novela negra

El comisario Montalbano cierra su último caso con permiso póstumo de Camilleri

Llega a las librerías 'Riccardino', que el escritor italiano entregó a su editora en 2005 con instrucciones expresas y donde sentenció el final de su icónico personaje

Andrea Camilleri, en su casa de Roma, en una imagen de archivo.

Andrea Camilleri, en su casa de Roma, en una imagen de archivo. / ANDREA SABBADINI

Anna Abella

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Lo contaba el propio Andrea Camilleri: que en un encuentro en París junto a sus colegas de negra literatura mediterránea Manuel Vázquez Montalbán y Jean- Claude Izzo, hablaron de las ganas que tenían de liquidar a sus protagonistas. El marsellés quería dejar a su Fabio Montale en una barca a la deriva y el barcelonés quería enviar a Carvalho a dar la vuelta al mundo. Una oportuna llamada le ahorró al italiano explicar cómo pensaba matar a su comisario Montalbano, al que había creado en 1994. Montalbán e Izzo murieron antes de poder dar un final a sus respectivos personajes y ello hizo recapacitar a Camilleri: en verano de 2005 escribió el que sería el último libro de la serie y el final de su personaje y lo entregó a su editora y amiga de siempre, Elvira Sellerio, con la condición de que lo guardara en un cajón y que no lo publicara hasta que tuviera la certeza de que el autor no escribiría ninguna más. Hasta la muerte de Camilleri en 2019, a los 93 años, solo ella lo había leído. Esa postrera historia, ‘Riccardino’ (Salamandra / Edicions 62), la número 33, ve la luz ahora en España, en castellano y catalán. 

No es solo un nuevo caso policial de Montalbano, que también, sino un juego metaliterario que muestra las discrepancias del propio autor con su personaje de novela y con el de la serie televisiva (que emite La2), con quienes entabla un duelo dialéctico. Un ejemplo: suena el teléfono del comisario y es el Autor, que llama desde Roma. Y este le dice a su protagonista: "Virgen santa, Salvo, ¿todavía estamos así? (…) Soy yo el que te informo a ti. Y no entiendo por qué te empecinas en creer que el que me informa eres tú. La historia esta de Riccardino la estoy escribiendo mientras tú la vives. Y punto pelota". A lo que Montalbano, molesto, le responde: "O sea, que yo soy el títere y tú, el titiritero".  

"En esta novela quiso pasar cuentas con su personaje porque se había hecho muy grande. Es algo muy anómalo para un escritor. A veces, los personajes que crecen demasiado traen conflictos a sus creadores", apunta desde Italia por videoconferencia el editor Antonio Sellerio, que añade que a su madre, Camilleri "no le habló de la muerte del personaje sino que le dijo que desaparecía. Quería que Montalbano saliera de escena y tener él controlada la forma". "No quería secuelas escritas por otros. Así que escribió ese final secreto para que se publicara póstumamente", explica Pilar Beltran, su editora de Edicions 62, donde acaban de reeditar los 31 títulos que han publicado en catalán, traducidos desde 1999 y en su mayoría por Pau Vidal. 

Andrea Camilleri, en una imagen de archivo.

Andrea Camilleri, en una imagen de archivo. / CLAUDIO PERI

La trama de novela negra gira en torno al asesinato de un joven director de banco de Vigàta mientras va por la calle con sus tres amigos íntimos. Las pistas llevan a Montalbano hasta la mina de sal donde estos trabajan y a toparse con amenazas, luchas de poder, constructores mafiosos y políticos.  

"Lo empecé el primero de julio de 2004 y lo he terminado el 30 de agosto de 2005", dijo el propio Camilleri sobre ‘Riccardino’. Unos 12 años después, a sus 91, añadía que en 2016 quiso revisarlo para ver si "sería oportuno ‘arreglarlo’". Ya había perdido la vista y le pidió a su fiel amiga Valentina que se lo leyera. "Mientras la escuchaba, me sorprendía de mis mismas palabras, porque no recordaba la historia y la encontré buena, por desgracia aún bien actual. Por eso no he cambiado nada de la trama, pero en cambio de la lengua sí, porque me pareció que hacía falta".

"Este es el único libro que reescribió, porque pensó que ‘italianizaba’ demasiado y lo volvió a ‘sicilianizar’. El siciliano no tiene una gramática ni una normativa y él lo llevó a ese siciliano hablado que había ido acentuando en cada libro y que podríamos llamar camilleriano", explica el traductor Pau Vidal.  

En Italia, cumpliendo el deseo del propio Camilleri, Sellerio, además de lanzar la edición convencional póstuma en 2020 publicaron una especial en tapa dura y con las dos versiones (la de 2005 y la revisada de 2016). En la primera semana se vendieron 70.000 ejemplares, apunta el editor italiano.

Como homenaje, este jueves 6 de octubre, tras el último episodio de la serie televisiva en La2 se emitirá el documental sobre el autor y su obra ‘El último caso de Montalbano’, producido para la ocasión por el grupo Penguin Random House, con entrevistas a sus editores, agentes y traductores, a libreros, periodistas, escritores y lectores.