Análisis

Crítica del vídeo de 'Despechá': Y la superestrella Rosalía bajó a la playa

Son pocos los artistas consagrados de forma tan rotunda que prueban, experimentan y juegan con su propia imagen como lo hace la compositora, cantante y productora catalana en este sorprendente filme promocional, dirigido por Mitch Ryan

Despechá

Despechá

Quim Casas

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El último éxito de Rosalía, el tema ‘Despechá’, no ha seguido los cánones clásicos de creación y promoción. No pertenece a su último disco, ‘Motomami’, y ha sido presentado inicialmente en concierto, después ha pasado a Tik Tok y, finalmente, aparece el correspondiente videoclip, con el que la artista vuelve a romper moldes.

Cuando medio mundo se había acostumbrado a unos videoclips de estilos diversos, pero cierta sofisticación en conceptos, escenarios y realización, la autora de ‘El mal querer’ sorprende con un corto de estética playera, nada cosmopolita, de apariencia instantánea y ‘descuidada’. Es un relato de dos minutos y medio de duración en el que vemos planos de duchas al lado de las rocas, niños jugando en el mar, señores orondos tostándose al sol, tubos de crema de protección solar, un tablero de parchís, naipes, aperitivos, jamón, pistolas de agua, sombrillas, balones de fútbol y señoras ‘motomamis’ abanicándose alegres cerca de la orilla.

En su primera aparición en el video, Rosalía está en bikini tumbada al sol, encima de unas rocas y rodeada de bolsas de hielo; cuando se rodó el clip hace unas semanas, nadie podía imaginarse el bien preciado en el que se convertirían los cubitos. Es una imagen doméstica, cercana, de disfrute veraniego. Rodado el pasado 30 de julio en la popular playa de s'Areneta, en el pueblo mallorquín de Portixol, el video de ‘Despechá’ tiene un aire de buscada instantaneidad, como si Rosalía nos dijera que, llegado el verano, fuera los problemas y preocupaciones, aunque esta canción de electro-pop y mambo veraniego no tenga una letra precisamente intrascendente como la de las canciones clásicas del verano: “¡Qué Dios me libre de volver a tu lao!”, canta Rosalía en una de las estrofas.

Terrenal

Pero es evidente que el vídeo nos devuelve a una Rosalía más ‘terrenal’, una Rosalía que posiblemente nunca se ha ido, pero que en la puesta en escena de estas imágenes promocionales de la canción parece dejar de lado su condición de megaestrella internacional para apostar por la escenificación de aquellos momentos sencillos y cotidianos que, precisamente, pueden llegar a perderse con el superéxito y la fama: no hay un plano mejor que exprese eso que el de ella con el rostro repleto de pequeñas conchas de mar.

Incluso ocurre cuando, fuera de la tranquilidad soleada de la playa, vemos a la cantante conducir una lancha motora en imágenes filmadas con objetivo similar al ojo de pez. La cámara, que en las escenas en la arena y las rocas no para de moverse sobre Rosalía y el resto de los personajes que pululan por la arena, está fija sobre ella. La cantante -que a buen seguro podría hacer carrera como actriz porque, como dijo una vez Jim Jarmusch, todo músico es potencialmente un actor-, expresa muy bien en su rostro la satisfacción por aquellas cosas pequeñas, poco mundanas, que de vez en cuando conviene recuperar: el agua del mar, una partida de parchís, un poco de jamón, bailar con los amigos y una batalla con pistolas de agua.

No sé si ‘Despechá’ será una canción del verano, pero el videoclip parece que juega a eso. ¿Emulará a la Eva María de Fórmula V, que se fue buscando el sol en la playa? ¿O a la protagonista de aquella canción de Los Mismos, ‘El puente’, cuando decía “será maravilloso, viajar hasta Mallorca”?

En la cercanía que provocan sus imágenes juega mucho la decisión de rodar el video en analógico, como si se tratara de una película casera filmada por Rosalía y sus amigos. Nada que ver con el videoclip de ‘Saoko’, del realizador Valentin Petit, con su primera parte de ‘stunt riders’ motorizadas haciendo virguerías en la carretera -grabada en Kiev antes de que empezara la guerra- y una segunda parte visualmente muy sofisticada. Tampoco guarda relación con ‘Motomami’, con su sinfonía de contrapicados bajo suelos de cristal y purpurina roja. Y aún menos con algunos de los trabajos con el colectivo CANADA, responsables del vídeo de ‘Malamente’, entre otros, o del celebrado ‘Hentai’, con las imágenes un poco al estilo Terrence Malick de Rosalía en el campo para pasar después a un elaborado montaje de planos con ella subida sobre un toro mecánico y en una cama colocada en medio de una pista de rodeo, todo muy sensual, acorde con la letra de la canción.

'Joie de vivre'

El director del video de ‘Hentai’ fue el estadounidense Mitch Ryan, que repite en ‘Despechá’. En el primero parecía a ratos David Lynch. En el segundo filma los instantes de un día de playa como si fuera un cineasta 'amateur' que combate el calor con la agitación de su cámara doméstica. Entre un video y otro, Rosalía vuelve a la Tierra tras haber estado en el Paraíso. Valor desde luego no le falta: otro requiebro, otra sorpresa. Puede permitírselo, cierto, pero hay que hacerlo, y son pocos los artistas consagrados de forma tan rotunda que prueban, experimentan y juegan con su propia imagen cuando se trata, sobre todo, de vender una canción. Y hacerlo de esta forma tan directa, alejándose de la imagen más tecnológica.

De la cuidadosa y compleja formulación audiovisual de sus últimos conciertos a la calma de una perlada jornada playera, entre risas, chapoteos, calor, comida y eso para lo que en Francia tienen una expresión perfecta: la ‘joie de vivre’.

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