Una larga espera

El ejército 'Motomami' ya toma las puertas del Palau Sant Jordi

Los fans de Rosalía comienzan a acampar en el exterior del recinto cinco días antes del concierto para asegurarse un lugar en las primeras filas

Candela y Víctor, los primeros fans en acampar frente al Palau Sant Jordi para el concierto de Rosalía.

Candela y Víctor, los primeros fans en acampar frente al Palau Sant Jordi para el concierto de Rosalía. / Joan Cortadellas

Judith Navarro

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Es martes 19 de julio y, a pesar del sofocante calor de la media mañana, dos jóvenes se han instalado frente a la puerta del Palau Sant Jordi. Faltan todavía cinco días para que Rosalía pise el escenario barcelonés con motivo de su gira 'Motomami World Tour', pero ellos ya han establecido el que será su hogar hasta el domingo. Sillas plegables, esterillas de cámping, neveras portátiles y varias mochilas con ropa de recambio y provisiones. Víctor y Candela son los primeros en iniciar lo que pronto será una larga fila de fans que esperan anhelantes a la diva de Sant Esteve Sesrovires.

Se conocieron hace tres años, en el mismo lugar y en circunstancias parecidas. Ambos acampaban en aquella puerta en 2019, cuando la artista catalana debutaba en el emblemático recinto de la ciudad con 'El mal querer'. Las horas de cola dieron lugar a una amistad que todavía se prolonga, y que ahora les permite disfrutar juntos de la música de su cantante favorita.

Animados por las ganas de revivir y mejorar aquella experiencia, comparten la espera y pasan las horas decorando camisetas, diseñando pancartas, jugando a las cartas y comentando los diversos 'looks' que la artista ha lucido en los conciertos que van teniendo lugar en otros puntos de España.

Un "sueño"

"Cuando explico que voy a estar aquí cinco noches, la gente me suele decir que es una locura, pero a mí no me da ningún tipo de pereza sino todo lo contrario. Tengo muchísimas ganas de hacerlo porque para mí ver a Rosalía es un sueño, es lo que más ilusión me hace en el mundo", explica Víctor.

"Por supuesto hay mucha gente que llega al concierto con un par de horas de antelación, entra, disfruta de la actuación y luego se marcha. A nosotros eso se nos queda corto, nos sabe a poco. El hecho de dormir aquí no solo nos garantiza un mejor sitio, sino que también nos permite alargar la experiencia", añade Candela.    

Tensión en la entrada

Hay mucha complicidad entre aquellos que, como ellos, comparten la pasión por Rosalía; por eso los dos esperan con ganas la llegada de más fans a la cola. Sin embargo, en el dorso de sus manos ya han escrito los números 1 y 2 con rotulador permanente, porque, a pesar de que entre los asistentes predomina el buen ambiente, a medida que se aproxima el momento de acceder al recinto la tensión crece y aumenta mucho la competitividad.  

"Hay muchísimo nerviosismo justo antes de entrar; en ese momento ya no hay amigos, eso es la guerra. Se intenta respetar el orden de llegada, pero siempre aparece gente que cuando se abren las puertas empieza a correr e intenta colarse por delante de los que llevamos muchos días aquí, y eso no es justo", cuenta Candela.

"Yo he visto de todo: golpes, tirones de pelo, peleas… Hay personas que con mucha maldad intentan ponerse por delante de ti y eso no se tolera. Tienes que vigilar muy bien tu sitio porque a mí me han insultado, me han empujado contra las vallas de seguridad… Es complicado cuando el público está tan alterado", asegura Víctor.

Todos quieren hacerse con el mejor sitio, y los más previsores del ejercito 'Motomami' ya toman posición para poder disfrutar de su estrella bien de cerca. 

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