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Las de 50 también aman: Julia Roberts, Meg Ryan y Cameron Díaz vuelven para resucitar la comedia romántica

Las reinas del Hollywood de los 90 regresan para renovar los viejos clichés y déficits del género.

las 3

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Nando Salvà

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Primero fue Meg Ryan. A principios de mayo, la actriz confirmó que dirigirá y protagonizará 'What Happens Later', la primera comedia romántica que engrosará su filmografía en 13 años. Poco después se produjo el triunfo en taquilla de 'La ciudad perdida', 'remake' no confeso de 'Tras el corazón verde' (1984) y primera incursión de Sandra Bullock en ese mismo género desde 'La proposición' (2009). Y hace algo más de una semana, por último, conocimos tanto el tráiler de 'Ticket to Paradise', que supondrá el regreso de Julia Roberts al territorio 'rom-com' después de dos décadas alejada de él, como el anuncio de que Cameron Díaz pondrá fin a ocho años de ausencia de las pantallas gracias a 'Back in Action', mezcla de acción, risas y amoríos producida por Netflix. La pregunta, pues, resulta inevitable: ¿estamos asistiendo a la resurrección de uno de los géneros que definieron Hollywood en los 90? Para responder hace falta más que un monosílabo. 

El ocaso gradual experimentado por las 'rom-com' durante la primera década del nuevo siglo resulta especialmente llamativo si consideramos que su tema central –el amor– trasciende modas, épocas y divisiones demográficas. De hecho, los asuntos del corazón tratados con sentido del humor han sido materia prima literaria desde antes de Shakespeare, y los grandes estudios cinematográficos ya habían estado construyendo películas alrededor de ellos de forma regular desde los años 30 cuando el orgasmo fingido por Ryan en la secuencia central de 'Cuando Harry encontró a Sally' (1989) dio inicio a la edad dorada de la comedia romántica, años durante los que el género dejó claro su potencial comercial gracias a títulos hoy considerados clásicos.

Década dorada

A las órdenes de la directora Nora Ephron, Ryan protagonizó 'Algo para recordar' (1993) y 'Tienes un e-mail' (1998); Roberts alcanzó el estrellato con 'Pretty Woman' (1990) y lo afianzó gracias a películas como 'La boda de mi mejor amigo' (1997), coprotagonizada por Díaz, que poco después empezó a adentrarse en el lado más procaz de la 'rom-com' a bordo de 'Algo pasa con Mary' (1998). Entretanto se estrenaron 'Cuatro bodas y un funeral' (1994), 'Mientras dormías' (1995), y poco después 'El diario de Bridget Jones' (2001) y 'Love Actually' (2003). 

Sandra Bullock y Channing Tatum, en un fotograma de 'La ciudad perdida'

Sandra Bullock y Channing Tatum, en un fotograma de 'La ciudad perdida' / © Paramount Pictures

No pasó mucho tiempo, sin embargo, antes de que Hollywood empezara a desarrollar su obsesión por las franquicias y los universos cinematográficos, y por ganar millones gracias al 'merchandising' basado en hobbits, niños magos y superhéroes; de que dejara, en otras palabras, de interesarse en producciones de presupuesto mediano que no estuvieran dirigidas a un público principalmente masculino y principalmente juvenil. 

Clichés y falta de diversidad

Por supuesto, eso sí, la decadencia del género en buena medida fue culpa del género mismo, tanto por su excesiva dependencia de los clichés –una y otra vez se repetían los mismos esquemas narrativos, los mismos rostros perfectos, las mismas escenas de besos bajo la lluvia y los mismos finales felices– como por su descarada falta de diversidad en lo referente a asuntos de género, clase, raza y orientación sexual: casi todas ellas se centraban en gente blanca y dotada de una situación económica desahogada, y daban por hecho que el único objetivo de las mujeres en esta vida es casarse con un príncipe azul; la mayoría, asimismo, relegaban a los personajes no heterosexuales a los márgenes de la historia, dotándolos de tiempo ilimitado para dar consejos a la pareja protagonista y servir de recurso cómico.

Jennifer López, en 'Shotgun wedding'.

Jennifer López, en 'Shotgun wedding'. / El Periódico

Esos factores resultaron insoslayables cuando Katherine Heigl intentó erigirse en nueva reina del género a bordo de títulos como '27 vestidos' (2008) y 'La cruda realidad' (2009) y en cambio se vio convertida en personificación de su hundimiento. Para entonces, además, occidente empezaba a entrar en la era post-romántica, marcada por el desencanto frente al amor, el matrimonio y la monogamia. Durante el grueso de la década pasada Hollywood habló de problemáticas sentimentales de otra manera, combinándolas con asuntos más oscuros como la enfermedad mental y el duelo –por ejemplo, en 'El lado bueno de las cosas' (2012)– o bien incorporándolos a la retórica del cine de Marvel, como hizo 'Deadpool' (2016).

Traslado al 'streaming'

En su versión más canónica, en cualquier caso, las comedias románticas no han desaparecido; es más justo hablar de un traslado hacia las plataformas de 'streaming', menos preocupadas por alcanzar audiencias masivas que por tener algo que ofrecer a cada uno de los segmentos que componen su público. Amazon Prime estrenará 'Shotgun Wedding', el nuevo intento de Jennifer Lopez de revalorizar el género que tanto hizo por su carrera a través de 'Planes de boda' (2001) y 'Sucedió en Manhattan' (2002). Y, tras lograr sendos éxitos considerables gracias a títulos como 'Quizás para siempre' (2016) y 'Mi primer beso' (2018), Netflix ha aumentado exponencialmente su catálogo de 'rom-coms' de producción propia. Al menos en su mayoría, son películas definitivamente mediocres, pero que no caen en errores del pasado a la hora de definir la identidad sexual, el color de piel o la franja de edad de sus protagonistas.

Sin duda, en buena medida es ese cambio de actitud en el cine y en la sociedad lo que nos permitirá ver próximamente a Julia Roberts –que está a punto de cumplir 55 años– viviendo una amable historia de amor con George Clooney –que va camino de los 62–, y a Meg Ryan (60) haciendo lo propio con David Duchovny (61). Está por ver si ambas actrices recuperarán el reinado del género que les dio sus mayores momentos de gloria, y si lograrán devolverlo al lugar que una vez ocupó en Hollywood. En su intento contarán con una circunstancia decisiva a su favor: llevamos demasiado tiempo avasallados por las malas noticias que la comedia romántica, con su alegría, su optimismo y su idealización de la realidad, nos ofrece una vía de escape idónea.

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