Crítica de cine

'El perdon': un humanismo muy austero

A partir de un monstruoso error burocrático, el debut de Maryam Moghadam y Behtash Saneeha procura un relato más amplio sobre la situación general de las mujeres en el Irán actual desde la infrecuente perspectiva de una directora

Maryam Moghadam, en un fotograma de 'El perdón'

Maryam Moghadam, en un fotograma de 'El perdón' / EPC

Quim Casas

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Como otras películas recientes del cine iraní, principalmente algunas de Asghar Farhadi, ‘El perdón’ tiene uno de sus ejes centrales en el tema de la burocracia, en este caso la lucha de una mujer, Mina, para conseguir que el Gobierno asuma y reconozca su error en la ejecución de su marido, un hombre inocente del crimen que se le ha imputado. Pero el debut de Maryam Moghadam –quien también interpreta el personaje principal, prácticamente presente en todos los planos– y Behtash Sanaeeha –también montador del filme– no se centra exclusivamente en esta parte de la historia. ‘El perdón’ procura un relato más amplio sobre la situación general de las mujeres en el Irán actual desde la perspectiva de una realizadora, lo que no es tan habitual en esta cinematografía salvo contadas excepciones.

Pese a todo lo que cuenta –el error monstruoso que permite la ejecución de un hombre, las presiones familiares, el intento del hermano del finado para aprovecharse de la situación, la intransigencia del propietario del piso donde vive Mina porque precisamente su cuñado la ha acompañado hasta su casa–, ‘El perdón’ resulta una película tan contenida, casi delicada, como lo es la interpretación de la propia codirectora, sin ninguna estridencia. Moghadam se sigue a sí misma con la cámara por los espacios burocráticos y familiares de Teherán con una moderación visual y dramática digna de tener en cuenta.

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