Crítica de cine

'Los tipos malos': villanos con corazón

Dreamworks Animation eleva su apuesta con esta película repleta de acción en la que los protagonistas se enfrentan a la disyuntiva entre ser malotes y la satisfacción que provoca hacer el bien.

Un fotograma de la película 'Los tipos malos'

Un fotograma de la película 'Los tipos malos' / Dreamworks

Beatriz Martínez

Beatriz Martínez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dreamworks Animation continúa explotando la vertiente que mejor se le da, la de las películas de animación con vocación popular en la que el estilo importa menos que el carisma de los personajes o el punch de la propuesta y que se convierten en clásicos instantáneos. Después de franquicias como 'Shrek', 'Bebé jefazo' o 'Kung Fu Panda', ahora la apuesta se eleva gracias a 'Tipos malos', adaptación de las novelas del escritor e ilustrador australiano Aaron Blabey protagonizadas por una pandilla de animales que, como siempre han tenido que cargar con el estigma de ser peligrosos (un lobo, una piraña, un tiburón, una araña y una serpiente), se mueven por los impulsos que caracterizan a los villanos. 

La película dirigida por Pierre Perifel se convierte así en un estimulante cóctel que entronca con las 'heist movies' en la que no faltan referencias a 'Missión: Impossible' u 'Ocean’s Eleven' a través de los sofisticados golpes que perpetran los protagonistas. Una buena trama de atracos, personajes ocurrentes que escapan a la caricatura (el mejor, el Señor Mermelada cuya voz en español pone Joaquín Reyes) y algunos gags básicos (de pedos) junto a otros más elaborados. Humor, acción sin parar (muchas persecuciones en coche), un toque macarra y un discurso alejado moralismos en el que se apuesta por esa barrera que separa las travesuras de lo que significa tener un buen corazón.  

Suscríbete para seguir leyendo