Análisis Goya 2022: algunos premios justos

La entrega de premios empezó de la mejor manera, o de la manera más justa posible, porque ‘Tres’ es una película sobre una ingeniera de sonido que pierde la capacidad para sincronizar los ruidos, efectos y voces, y las cosas pasan para ella auditivamente segundos o minutos después de que ocurran realmente, así que ganar el Goya al mejor sonido era casi irrefutable. Un premio estrictamente cinematográfico. No parecía tan irrefutable lo que fue ocurriendo a medida que avanzaba la gala. Porque 100 minutos después de empezar, la gran favorita con 20 nominaciones, ‘El buen patrón’, solo había obtenido un premio, a la mejor música, y las ‘Madres paralelas’ de Almodóvar no había recibido aún ninguna buena noticia. Y no la tuvo al final.

Hubo momentos muy emotivos sin que nadie forzara esa emoción (porque sí que hubo demasiados discursos forzados), como la recepción del premio al mejor documental por el equipo de ‘Quién lo impide’ o cuando Belén Funes y Pilar Palomero, ganadoras del Goya a la mejor dirección novel en 2019 y 2020 por ‘La hija de un ladrón’ y ‘Las niñas’, salieron para darle el mismo premio a Clara Roquet por ‘Libertad’. No es cuestión de paridad, que también, sino sobre todo es cuestión de talento. Y algunas de las mejores películas españolas de los últimos años tienen a una directora detrás de la cámara.

También instantes que quizá pudieron desconcertar: tres actores de reparto nominados por ‘El buen patrón’, pero quien se lo llevó, con toda justicia, fue Urko Olazabal, cuyas dos o tres secuencias en la cárcel, hablando con compañeros etarras presos o con Maixabel, es de lo mejor de la película de Icíar Bollaín. Parecía una decisión salomónica para que ninguno de los intérpretes de ‘El buen patrón’ saliera malherido, pero fue otro premio muy justo.

Partir como favorito, y que todo el mundo te dé como ganadora o ganador, tiene sus riesgos. La carrera -la gala- empezó al ralentí para el filme de Fernando León de Aranoa, mientras que discurría a toda velocidad para ‘Las leyes de la frontera’, que pacientemente, sin levantar la voz, iban acumulando cabezones: vestuario, dirección artística, maquillaje y peluquería, actor revelación y guion adaptado. Aunque, como si fuera un motor diésel, el patrón de Aranoa poco a poco se fue entonando: montaje, guion, Javier Bardem como intérprete principal, dirección y, en el clímax final, de tú a tú con ‘Maixabel’, el Goya a la mejor película. Fue el único momento de duda, porque Bardem y Blanca Portillo parecían más claros que el agua y casi todo lo demás fue o justo o demasiado previsible.

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