Elena Moya: "La guerra y la dictadura pesan aún mucho en la sociedad española"

Elena Moya (Tarragona, 1970), escritora, periodista y editora en el 'Financial Times', vuelve con su cuarta novela, ‘La otra orilla’ (Suma de Letras), una historia ambientada en el Delta de l'Ebre y en plena posguerra española, sobre dos pueblos divididos y enfrentados. Escribe, afirma, para "entender y observar cómo los cuatro siglos de nacionalcatolicismo, una guerra civil que nos partió y 40 años de dictadura todavía pesan mucho sobre la vida de todos los españoles”.

Moya, que vive en Londres, decidió situar ‘La otra orilla’ en la Isla de Buda, un lugar que ha visitado a menudo, porque "la tensión es uno de los principales ingredientes de una novela, y al Delta de l'Ebre, le sobra -explica-. La tensión del río frente al mar (regresión), la tensión de clases entre amos y colonos que había antes, la tensión entre la frontera natural de la Guerra Civil".

La autora no cree que la sociedad haya superado el franquismo: "La democracia española es más joven que yo, con lo que todavía nos falta mucha madurez y experiencia. Creo que el pasado todavía pesa demasiado en nuestras vidas". Sin embargo, no pierde la esperanza, ya que considera que las nuevas generaciones son mucho menos acomplejadas. "Pienso que la generación que viene sube mejor preparada, con una mentalidad más abierta y democrática. Espero que mi libro contribuya a ello. Todos somos responsables de la sociedad en la que vivimos", cuenta.

Mujer fuerte

En la novela, Asun, de 11 años, decide que no está dispuesta, como sus padres, a pasarse la vida trabajando en los arrozales y menos al servicio de la familia propietaria de la isla de Buda. Tiene aspiraciones mayores. "Es una mujer que no acepta su destino, pero no simplemente por rebeldía, sino porque no le sale de forma natural. Es demasiado fiel a sí misma como para no luchar por lo que quiere", cuenta Moya, quien espera que la actitud de su personaje "inspire a los lectores y les impulse para seguir su ejemplo luchando para conseguir sus sueños".

La protagonista se convierte en una chica fuerte, como las de sus otras tres obras. "La historia está escrita por y para hombres. La mujer todavía está muy poco representada. Y es una gran injusticia porque con más mujeres en el poder, el mundo iría mucho mejor", razona Moya.

Sus novelas están basadas en grandes dosis de realidad, ya que según ella, es la mejor manera de dar credibilidad a un relato. Para ello suele informarse y documentarse mucho. No obstante, en esta ocasión ha sido un poco distinto. A pesar de haber leído mucho, como con sus primeras tres novelas, esta investigación ha sido más humana. "He entrevistado a muchas personas, cenado en barracas, me he subido a un tractor, he visto amanecer en la playa, unas puestas de sol inolvidables, hasta me apunté a cursos de ornitología", cuenta divertida.

Asentada desde hace tiempo en Londres, cree que vivir en el extranjero le ha aportado mucho, tanto a sus novelas como en lo personal. En la capital británica, asegura, ha realizado sus sueños: escribir, realizarse profesionalmente, ser abiertamente lesbiana y jugar a fútbol.