Ágata Lys: adiós a la reina del destape

Ágata Lys fue una actriz totalmente adherida a su tiempo, a un contexto social y político muy concreto de la historia española reciente, el de la Transición. Y con esa apertura llegó el denominado cine del destape, del que Lys fue, junto a Nadiuska, Bárbara Rey, Susana Estrada, Blanca Estrada, Adriana Vega y María José Cantudo, la máxima representación. Nada fue ortodoxo en su carrera y tampoco lo ha sido en su muerte. La actriz falleció hace 40 días, el pasado 12 de noviembre, en Marbella, donde llevaba años retirada. Tenía 68 años y no han trascendido los motivos del fallecimiento y por qué no ha sido desvelado hasta este jueves.

De nombre real Margarita García San Segundo, estudió Filosofía y Letras en la universidad de su ciudad natal, Valladolid, y después Arte Dramático en Madrid. Fue una de las azafatas del concurso ‘Un, dos, tres… responda otra vez’. Era el año 1972, y Lys aprovechó bien el tirón del popular programa televisivo. Aquel mismo año intervino en un wéstern italo-español que, nada casualmente, remitía en su título al del concurso de Narciso Ibáñez Serrador: ‘Un, dos, tres… dispara otra vez’.

Su trayectoria en el cine español durante los últimos coletazos del franquismo se vio supeditada a papeles secundarios en filmes al servicio de Manolo Escobar –‘Me has hecho perder el juicio’ (1973)–, las comedias de los hermanos Calatrava –‘Los Kalatrava contra el imperio del karate’ (1974)–, alguna que otra coproducción –‘Pasqualino Cammarata, capitán de fragata’ (1974)– y ‘thrillers’ nada desdeñables como ‘Los fríos senderos del crimen’ (1974).

De voz profunda y presencia sexualmente liberada en unos tiempos proclives al estreñimiento erótico y cultural, la actriz no tardó mucho en encontrar su lugar en un mundo cinematográfico que, con el fin de la dictadura y el inicio de la difícil Transición política, necesitaba insuflar aire nuevo al cine comercial del momento. No es que esas películas fueran especialmente memorables, y hoy son dignas de estudio por cuestiones socioculturales antes que cinematográficas. Tampoco desde una perspectiva de género se salvarían lo más mínimo. El cine del destape no fue más que una sucesión de ‘exploits’ eróticos que apareció en un momento concreto para disolverse después una vez cumplida su ambigua función.

Gran 'sex symbol' del momento

Lys fue una de esas reinas del destape, la gran ‘sex symbol’ del momento. Las portadas de la revista ‘Fotogramas’, con desnudos y semidesnudos femeninos, ayudaron. Su carrera quedó representada en estos años por títulos como ‘Las camareras’, ‘El erotismo y la informática’, ‘La iniciación en el amor’, ‘Sexy… amor y fantasía’, ‘Las desarraigadas’, ‘Las marginadas’, ‘El transexual’, ‘Pasión inconfesable’, ‘Deseo carnal’ y ‘Trauma (Violación fatal)’, rodadas a velocidad de vértigo entre 1976 y 1978 y dirigidas por especialistas como Ignacio F. Iquino, Javier Aguirre, Fernando Merino o Francisco Lara Polop. Su presencia y su idéntico corte de pelo rubio en algunas de aquellas películas la emparentó con Marilyn Monroe, aunque menos sofisticada. El avispado José Antonio de la Loma le sirvió en bandeja de plata la película ‘La nueva Marilyn’ (1976), donde, precisamente gracias a ese parecido, el personaje que interpreta intenta triunfar en el cine.

A partir de los 80, tras el viraje del cine comercial hacia otros destinos más clementes, Lys apareció en producciones distinguidas como la serie ‘Los gozos y las sombras’ (1981) y ‘Los santos inocentes’ (1984), aunque la sombra de la estrella erótica que fue la persiguió demasiado y no logró despuntar en otros ámbitos cinematográficos hasta finales de los 90, cuando rodó ‘Taxi’, de Carlos Saura, y ‘Familia’, de Fernando León de Aranoa. Uno de sus últimos trabajos fue en la primera temporada de la telenovela ‘Amar en tiempos revueltos’ (2005), creada por Josep Maria Benet i Jornet, en la que interpretó el papel de Eulalia de la Torre, la marquesa de Valpinto.

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