Nueva faceta

Philippe Jaroussky debuta como trovador en el Palau

El aclamado contratenor francés ofrece su primer concierto a voz y guitarra en Barcelona acompañado del talentoso Thibaut Garcia para presentar 'À sa guitarre'

Jaroussky

Jaroussky / Elisenda Pons

Marta Cervera

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El fantástico contratenor francés Philippe Jaroussky regresa este martes al Palau de la Música, por primera vez en plan trovador, acompañado a la guitarra por el joven y premiado músico franco-español Thibaut Garcia (Toulouse, 1994), un as de la guitarra española. Ambos se han aliado en el disco 'À sa guitarre' (Warner Classics/Erato), que abarca 400 años de música y que incluye canciones desde música renacentista a 'Septembre' de Barbara.

El disco es un viaje por diferentes culturas, con temas en seis idiomas -italiano, alemán, inglés, francés, español, y brasileño-, que cuenta con temas canciones como 'Manhã de carnaval', del filme 'Orfeu Negro' (1959), 'In darkness let me dwell', de John Dowland', 'El mirar de la maja', de Enrique Granados, o 'Alfonsina y el mar', de Ariel Ramírez. Cada pieza es un mundo.

Muchas han sido adaptadas a la guitarra por Garcia, capaz de hacer sonar su instrumento como una guitarra barroca, a veces, como un arpa, otras. "Para él es un reto venir a España donde hay tanta tradición de guitarra. Esta vez la presión en escena estará repartida, quizás él tendrá más que yo", bromea el famoso cantante, de 43 años, referente de los contratenores del siglo XXI.

"Me interesa probar cosas diferentes. No solo cantar el repertorio de Farinelli"

Se planteó este disco como una posibilidad de ampliar su paleta musical. "Me interesa probar cosas diferentes. No solo cantar el repertorio de Farinelli", dice en referencia del famosos 'castrato'. "Nunca había hecho todo un disco solo a voz y guitarra. He descubierto un universo interesante, más íntimo. Y he podido explorar un repertorio muy amplio". Thibaut y él se conocieron hace tres años y conectaron. "Nos llevamos 17 años, pero la diferencia de edad no es problema", explica. "Más allá de su virtuosismo, Thibaut tiene una facilidad natural para acompañar la voz, es muy fino a la hora de jugar con ella". Ambos han puesto toda su alma en este disco con la intención de tender puentes y hallar resonancias entre diferentes estilos y épocas, desde el lied de Schubert 'Erlkönig', canciones de Fauré o una obra de la compositora Francesca Caccini, 'Qui diesa di saper', extraída de 'Il primo libro delle musiche', un libro del 1618.

La pandemia le dio tiempo para elegir con calma cada pieza, para probar cosas, para disfrutar del proyecto. "En el concierto seguimos el órden del disco. Empezamos con Poulenc, cuyo tema, una canción trovadoresca actualizada da nombre al disco, y acabamos con Dowland. Aunque avanzo que para el Palau de la Música hemos preparado una sorpresa".

Jaroussky y Garcia inician en Barcelona una gira española que les llevará a  en el Teatro Arriaga de Bilbao el 16 y en los Teatros del Canal de Madrid el día 18, el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo el día 26 y el Auditorio de Tenerife el día 29 y en el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria el día 30. "En estos momentos, cuando hay países que vuelven a cerrar auditorios, cada concierto se vive de manera muy especial". confiesa.

El intérprete, con una vertiente pedagógica importante que desarrolla en La Seine Musicale, adelanta que en esta ocasión no harán el típico recital. La idea es interactuar con el público y compartir con él la historia de este proyecto. "El disco es como un viaje, durante la actuación aprovechamos para explicar anécdotas relacionadas con la música que interpretamos. es una manera más de conectar con el público y descubrir qué hay detrás de cada tema", que tiene un don para los idiomas.

El contratenor conoce bien el Palau de la Música, donde ha cantando en diversas ocasiones y con diversas formaciones. La última fue en octubre, cuando interpretó la ópera barroca 'Radamisto', de Händel, con Il Pomo d'Oro. "El Palau es una sala única, lleno de simbolismo que representa la cultura catalana, pero no es un lugar fácil para cantar. Es un reto porque es un espacio con mucha profundidad", comenta.

Durante la pandemia tuvo tiempo para dedicarse a hacer cosas que sus giras le impedían realizar. Cuando todo se paró en marzo del 2020, su amor por la música le salvó. "La pandemia me permitió tener un tiempo infinito. Pude volver a tocar el piano. Interpreté mucho Schubert y Chopin. No tuve tiempo para aburrirme, la verdad, porque la música me acompañaba".

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