Estreno en Temporada Alta

Pere Arquillué, solo frente al deseo y el abuso sexual

El actor encarna a todos los personajes en 'El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc', de Josep Maria Miró, que se estrena este viernes en el Teatre de Salt

Dirigido por Xavier Albertí,interpreta a los personajes de una comunidad rural sorprendida ante el brutal asesinato de un joven de 17 años

'El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc'.

'El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc'. / Felipe Mena

Marta Cervera

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Tres ases del teatro, el autor Josep Maria Miró, el actor Pere Arquillué y el director Xavier Albertí, unen sus fuerzas en 'El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc', un monólogo que indaga en el delicado tema de los abusos sexuales. La obra se estrena este viernes en el Teatre de Salt (Girona), en la recta final del fetival Temporada Alta.

El punto de partida es el hallazgo en el campo del cuerpo inerte de un joven de 17 años, asesinado brutalmente, a quien le han amputado los genitales. En el pequeño pueblo donde transcurre la acción, donde aparentemente nunca pasa nada, varios personajes, entre ellos el propio fallecido, ofrecen su versión de lo ocurrido a través de un único actor. Pere Arquillué hace viajar al espectador a lo más profundo del alma humana, con un texto tan poético como contundente.

"No es un espectáculo amable, invita a reflexionar a partir de elementos que nos hacen mucho daño. No creo que pueda salir nadie indeme"

— Xavier Albertí

La muerte del muchacho permite adentrarse en otra historia, el suicidio de su padre, un hombre que fue víctima de abusos por parte de religiosos ligados a la Obra (Opus Dei). Arquillué, sin necesidad de disfraz alguno, vestido de negro e iluminado con un único foco, interpreta todos los personajes, tanto al chico asesinado, como a su madre, a la directora del instituto, al propietario de un aserradero y a un quinto personaje, una especie de Ángel exterminador. "Es una obra necesaria, sana y omeopática", ha señalado Arquillué en rueda de prensa. "Me interesan nuevos retos que me hagan crecer profesionalmente. Siento que con este trabajo, que me espanta tanto como hace 'trempar', doy un paso más", señala el premiado actor, que a finales de mes regresa al Romea con la aclamada comedia de Cesc Gay '53 diumenges'.

Culpa y expiación

La obra, con la que Miró consiguió el premio Born por tercera vez, está impregnada de dolor y humanidad. "Habla de una comunidad, del sentimiento de culpa, de expiación y redención del pecado", ha afirmado el autor. En ella habla de pulsiones y deseos silenciados. Del temor de un padre a reproducir con su hijo los abusos que él padeció pero también, de cómo la gente en las comunidades sabe y calla.

Reflexionar sobre estos temas no es fácil. Ir a lo más profundo de cada palabra, tampoco. Albertí y Arquillué han dedicado tres meses y medio a ensayar y dar forma a esta obra. La puesta en escena, con influencia de la pintura barroca de Caravaggio, busca generar una "capacidad de escucha profunda", dice Albertí, durante casi dos horas. "No es un espectáculo amable, invita a reflexionar a partir de elementos que nos hacen mucho daño. No creo que pueda salir nadie indeme, tanto si has sido víctima o no de abusos, porque todos tenemos una parte de nuestro deseo sexual que viaja a lugares donde hay un punto de confrontación con la comunidad, porque nos adentramos en unas fronteras extrañas y difíciles sobre lo que es aceptable o no, desde el punto de vista ético y moral. Toca la fibra", explica Albertí, buen conocedor de la obra de Josep Maria Miró de quien estrenó 'Temps salvatge' en el TNC.

'El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc' tiene muchas capas y lecturas. El director lamenta que una de ellas se escape a las generaciones más jóvenes si no saben de religión o no han estudiado la historia de la religión. "Uno de los debates importantes que tenemos como sociedad es devolver el pensamiento a las escuelas. El nuestro está articulado desde unas bases filosóficas pero teológicas". Y recordó que los grandes antropólogos consideran la religión como una forma de protección contra la capacidad autodestructriva del ser humano. "Una chispa que puede encender una espiral de violencia necesita de un entorno religioso, teológico y por tanto ético, para deternerse".

La obra, el primer monólogo de Josep María Miró es un ejercicio sobre "palabra y teatralidad" con la que inaugura la 'Trilogía de la belleza', obras para un único intérprete. El segundo, para actriz, ya lo tiene escrito.

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