Estreno de cine

Crítica de 'Tres pisos': el peor Moretti

El cineasta fracasa en su intento de adoptar el mismo tono agridulce que en su obra maestra, ‘La habitación del hijo’

Fotograma de 'Tres Pisos'.

Fotograma de 'Tres Pisos'.

Nando Salvà

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El nuevo largometraje de Nanni Moretti trata de adoptar el mismo tono agridulce que su obra maestra, ‘La habitación del hijo’ (2001), y fracasa de tal modo en el intento que apenas resulta reconocible como película del mismo director. Mientras examina las vidas de un cuarteto de familias que viven en un mismo edificio romano, ‘Tres pisos’ atiborra su argumento de la clase de miserias e infortunios que nutren las telenovelas -atropellos mortales, adulterios, peleas fratricidas, acusaciones de pedofilia, enfermedades mentales, hijos que patean el estómago a sus padres- con tanta seriedad y tanta falta de autoconsciencia que acaba poniendo a prueba no solo nuestra credibilidad sino también nuestra paciencia.

Sin hondura psicológica

En el proceso, además, la película presenta tal cantidad de personajes que, tal vez inevitablemente, no son explorados con la hondura psicológica propia del mejor Moretti. Peor aún, ninguno de ellos parece ser producto de una percepción particularmente valiosa de la naturaleza humana, tanto porque el director insiste en obligarlos a exhibir comportamientos altamente ilógicos e improbables como porque hay algo francamente retrógrado en la simpleza con las que los clasifica en función de su género, retratando a todos los hombres como prisioneros de sus pasiones y a las mujeres como estoicas sufridoras. 

Trailer película 'Tres pisos'

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