Crítica de 'The Sparks Brothers': ventana a un mundo maravilloso

Integrada por los hermanos Ron y Russ Mael, Sparks quizá sea la banda más ilustre e imprescindible de la que casi nadie ha oído hablar. Y remediar eso parece ser el principal objetivo del primer documental de Edgar Wright, que contempla sus 50 años de carrera y deja claro cómo, a lo largo de ella, los Mael han influenciado a una lista inacabable de artistas mientras se mantenían generalmente a distancia del éxito comercial a causa de su afán por la experimentación y sus constantes transformaciones estilísticas.

Wright acompaña a los Mael desde su infancia hasta la actualidad y repasando uno a uno casi todos sus 25 discos, y para ello combina entrevistas con ellos mismos con opiniones de una docena de músicos y demás admiradores, imágenes de archivo e interludios animados. En el proceso la película permanece dentro de las convenciones del cine documental, pero constantemente encuentra formas juguetonas de cuestionar esa estricta fórmula.

Sparks: que se haga justicia con el grupo más importante del que casi nadie ha oído hablar

Sus 140 minutos de metraje pueden llegar a resultar excesivos, porque los bustos parlantes a ratos caen en la redundancia y porque los Mael no cuentan nada de sus vidas privadas y muy poco tanto de sus relaciones con los músicos que los han ido acompañando como de los aspectos filosóficos y técnicos de su arte. Aunque los fans de los Mael no deberían perderse la película, probablemente no descubran nada nuevo en ella. Quienes entren a verla sin conocerlos, eso sí, saldrán convertidos en admiradores.

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Los hermanos Sparks'

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