Oda fotográfica a un mundo que desaparece

Mònica Tudela

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“Lo primero fue salir a pasear, a viajar, por distintos lugares de España durante los fines de semana, con mi mujer. Íbamos a pueblos pequeños, que estaban deshabitándose, a conocerlos, a observar. Y así durante siete años. Iba con una cámara analógica y llevaba dos o tres carretes, con lo cual hacía 20 o 30 fotos. Paseaba y tomaba fotos”. De esta manera cuenta Santi Cogolludo (Barcelona, 1961) cómo se gestó Geografías del olvido, un libro que retrata un mundo -y un modo de vida- en vías de extinción y que muy poco (o nada) tiene que ver con el entorno en el que se ha movido profesionalmente este fotógrafo de prensa durante sus 22 años trabajando para 'El Mundo de Catalunya'.

“Este ha sido un trabajo más medido, más tranquilo. También ha tenido momentos de espera, pero son distintos a los que yo tenía en mi día a día: esperar la luz adecuada para una buena foto no es lo mismo que esperar a que salga algún político a los pasillos del Parlament, por ejemplo. No tiene nada que ver un tiempo con el otro”, explica Cogolludo de este proyecto que bien podría calificarse de slow photography.

Entrevista con el fotógrafo Santi Cogolludo

El fotógrafo Santi Cogolludo publica el libro 'Geografías del olvido'. /

Momentos irrepetibles

Este año, tras apartarse de la prensa diaria, decidió dar forma al material que había recopilado durante sus escapadas y su tiempo libre. “Tras el viaje fotográfico llegó el viaje del libro”, cuenta. Cogolludo ha recorrido zonas de Castilla y León, Cantabria, Asturias, el País Vasco, Aragón, Extremadura y el Levante español, entre otras.

“En Geografías del olvido recorro un mundo que desaparece. Todos los momentos son irrepetibles. Por un lado, fotografías algo, te das la vuelta y ya ha desaparecido, al menos con las características exactas con las que tú tomaste la imagen. Vengo de Granada, donde hay unas placitas únicas, y allí hacías una foto y al instante volvías a mirar y ya había cambiado la luz. Lo que captas está en tu retina y en la foto y desaparece al instante”, cuenta el fotógrafo con cierta nostalgia por la naturaleza misma del medio fotográfico.

Por otro lado hay un mundo que está desapareciendo, el mundo rural, el de la gente mayor, “que se va borrando con internet y con la inmediatez de las cosas”. Y ese es el protagonista del libro. “Es como cuando vas por la carretera conduciendo a 100 por hora y adelantas a un tractor que va a 20. Para ti, que vas a 100, el tractor va lento y te enfadas porque tienes prisa. Ese tractor a esa velocidad va desapareciendo”, explica gráficamente Cogolludo.

Calaceite ¿última parada?

Tras años de viajes, Cogolludo ha cambiado también de paisaje vital. “El viaje fotográfico, un poco por casualidad, nos ha traído hasta Calaceite, en la comarca del Matarraña”, explica, donde se instalado y ha acabado de gestar el libro. “La edición gráfica la hemos hecho mi mujer y yo a la antigua usanza, imprimiendo las copias y poniéndolas en el suelo”, dice. “Me hubiera gustado presentar el libro aquí, en el pueblo: a la panadera, al del estanco, al carnicero, a gente de aquí a quienes ya tengo confianza”, cuenta.

Y, en la misma línea, la distribución de Geografías del olvido también ha sido a 20 kilómetros por hora, usando el símil de Cogolludo. “Lo estoy vendiendo por instagram (@santicogolludo) y a gente que lo encarga por teléfono y siempre que puedo lo entrego en mano”, explica. La primera edición han sido 300 ejemplares.

El libro supone para el fotógrafo cerrar una etapa y, por qué no, empezar otra. “Ahora estoy revisando bien mi archivo, mis fotos de viajes. Tengo abundante material de Nicaragua, Guatemala, Chile, México. Y también estudio técnicas fotográficas del siglo XIX y quiero profundizar en el colodión húmedo en serio”.

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