Festival Temporada Alta

'Mirrors of human nature' une a jóvenes bailarines españoles y letones

El espectáculo, una mirada crítica al mundo actual, se estrena este sábado en la plaza de la Catedral de Girona

Human Nature

Human Nature / David Aparicio

Marta Cervera

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El festival Temporada Alta estrena este sábado 'Mirrors of human nature' una producción de danza con 16 bailarines, ocho españoles y ocho de Letonia en la plaza de la Catedral de Girona. El espectáculo también está programado el domingo. Catorce instituciones culturales y educativas europeas de 11 países están implicadas en este proyecto colaborativo de danza llamado PPP (People Power Partnership). Liderado por la directora de la compañía alemana Pan.Optikum, el objetivo es dar visibilidad a bailarines jóvenes y ofrecerles la posibilidad de conectar con getne de otras culturas y desarrollarse como artistas dentro de un programa de cuatro años que les permite compaginar este proyecto con sus estudios.

En cada ciudad el espectáculo se ha hecho con intérpretes distintos y visiones diferentes pero el tema central es el mismo: el ser humano y su mundo visto por los jóvenes de hoy. En el futuro todos ellos colaborarán en esa pieza conjunta de gran formato -32 bailarines- que se estrenará en Friburgo el próximo julio y que después viajará a distintas plazas con tres repartos distintos.

"La obra creada aquí en Girona es un reflejo de los intérpretes y de cómo quieren vivir", ha explicado la alemana Sigrun Fritsch, directora artística de Pan. Optikum. Ella, según cuenta, se ha limitado a seguirles y ayudarles en la creación. "Ellos han escogido el tema del control y el caos como sujeto. Sobre esto hemos estado trabajando durante nueve días".

Caos y control, teoría y práctica

El mayor desafío para Fritsch ha sido unir grupos tan diferentes como el de Riga "gente muy educada en danza contemporánea, acostumbrados a trabajar con estructura y en base a un contenido" y los de Girona, menos rígidos. Al principio chocaron un poco. "Tenían maneras distintas de trabajar". Unos se identificaban más con el control y, los otros, con el caos. "Al final les enfoqué para que vieran lo mejor de cada cual y creo que todos han aprendido algo. Los unos, la necesidad de control, los otros, que el caos puede ayudar también en el momento de la creación".

El grupo de bailarines de Girona se ha centrado en el tema de la guerra y el control mientras que los intérpretes letones se han ocupado de mostrar a las víctimas de todo ello. "Durante el proceso todos han hablado de sus experiencias, de su sociedad". Y añade: "La experiencia les sirve no solo para descubrir qué significa actuar sino para ver todas las posibilidades de este mundo. No se trata solo de aprender unos pasos sino que han sido responsables de la creación y se han ocupado de todo. Quién sabe, quizás en el futuro algunos prefieran ocuparse de la dramaturgia o de otros aspectos en lugar de estar encima de un escenario".