Entrevista

Thomas Olde Heuvelt': "Quiero que mis lectores no puedan apagar la luz"

Thomas Olde Heuvelt

Thomas Olde Heuvelt / Miki López

Saúl Fernández

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El escritor Thomas Olde Heuvelt (Nimega, Países Bajos, 1983) es el autor de 'Hex' (Nocturna, 2020), una historia de brujas centenarias que se mueven en el presente con una cotidianidad terrorífica, premio Kelvin a la mejor novela de ciencia ficción, fantasía y terror traducida en España en el 2020. Es uno de los invitados de la décima edición del Festival Celsius 232 de literatura fantástica, de ciencia ficción y de terror de Avilés, donde ha conversado con 'La Nueva España'.

–¿Cuál es el germen de esta historia de brujas?

–Viene de mi infancia. Crecí en una ciudad del este de los Países Bajos, muy cerca de la frontera con Alemania. Cuando era pequeño, empecé a leer historias de Roald Dahl y también de Stephen King. Ya sabe que ambos tienen historias bastante macabras y terroríficas. Además, tenía un tío que siempre me contaba historias de brujas. Un día, me llevó al bosque. Yo vivo en una zona que colinda con la frontera alemana, ya se lo dije, que está llena de colinas y de bosques. Además, en esa provincia la brujería ha sido un tema latente. Cuando mi tío me llevó al bosque -estábamos haciendo una ruta, senderismo- atravesamos un anillo de hadas. Una zona de estas con dólmenes donde las brujas iban a bailar y a convocar a los espíritus. Mi tío me dijo que tenía que cruzar con los ojos cerrados y que si no, tendría diez años de mala suerte. Desde ese momento, siempre que voy por allí, cruzo con los ojos cerrados. No vaya a ser... Todo esto, aquellas historias de mi tío, es lo que plantó la semilla para el crecimiento de esta historia.

–Es llamativo que en 'Hex' una familia normal y corriente no ponga peros a que una bruja se pueda cruzar en su camino.

–La gente se ha sentido aterrada por las historias del cine de terror en las que todo el mundo vive atenazado por elementos sobrenaturales que, de repente, han llegado a su vida cotidiana. Lo que yo quise fue darle una vuelta a esta premisa y decidí poner un punto de originalidad y hacer que lo sobrenatural no fueran cosas que apareciesen y desapareciesen de la historia. Lo que yo quería es que siempre estuviesen presentes en la vida de los personajes. Lo que buscaba es que si estabas sentado en el baño leyendo el periódico y apareciese un fantasma tú siguieras leyendo el periódico. O sea, lo que buscaba era incorporar los elementos fantásticos a la cotidianidad de los personajes. De alguna manera, lo que quería era transmitir esta personalidad germánica de la gente con la que me he criado. La primera versión de 'Hex' se desarrolla, de hecho, en un pueblo de Países Bajos cercano a Alemania. Me refiero a esa sensación de ser prácticos en la vida: "Si tienes que convivir con una bruja, pues convives con una bruja". Una vez que se tradujo el libro al inglés lo que hice fue un trabajo de reescritura para trasladar el pueblo holandés a los Estados Unidos. Y todo esto, además, con el miedo de un día la bruja abra los ojos.

–Ese miedo también llega a un lector como yo: poco alemán.

–Genial.

–¿Qué novela prefiere de 'Hex'? ¿La versión inglesa o la original?

–Me encantan ambas versiones de la novela y me encantan porque no puedo elegir entre dos de mis hijos. La cultura alemana, la forma de ser de los alemanes, es muy cercana a mí. De todos modos, disfruté mucho al reescribir el libro, de volverme a encontrar con mi historia. Lo que quiero con mis historias se vayan a la cama y no puedan apagar la luz. Quería crear esa atmósfera de miedo constante. Países Bajos es un país pequeño y peculiar y pensé que esta cultura no iba a ser cercana a los estadounidenses, que ellos no tendrían muchos conocimientos de la cultura germana. Así que la reescritura consistió en cambiar elementos para que les resultara mucho más familiar.

–Uno cuando lee que Stephen King dice que su novela es "espléndidamente original", ¿cómo se siente?

–Uau. Es maravilloso. También es maravilloso que usted se haya asustado con esta historia mía. Todo el mundo se asusta si, de repente, aparece una presencia que nos observa. Cuando lees a Stephen King desde que tienes 11 años no le puedo explicar lo increíble que es que a él le haya gustado un libro mío. Gracias a su tuit, hubo miles de personas que descubrieron mi historia.

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