FOMENTO DE LA LECTURA

Llibrestiu se posiciona muy tímidamente en el calendario cultural de Barcelona

Los libreros ven un gran potencial en una propuesta que deberá esperar al 2022 para tener una mayor consistencia

Llibertiu en Documenta.

Llibertiu en Documenta. / Laura Guerrero

Elena Hevia

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La primera edición de Llibrestiu, al que toda comparación con un Sant Jordi de verano resulta más que odiosa, ha empezado, por lo menos en Barcelona, muy tímidamente y con muchos factores en su contra. Esta fiesta veraniega de las librerías para incentivar la venta de los libros que meteremos en la maleta se ha organizado con muy poco tiempo, envalentonados editores y libreros por el éxito el pasado Sant Jordi, el de primavera, el de verdad. Se ha publicitado poco. Se ha improvisado bastante. Y además, la pandemia también ha puesto no pocas trabas. Pero incluso así, los libreros apreciaban este jueves una propuesta a la que ven mucho potencial, especialmente si se piensa  con previsión llevando los libros y las actividades a la calle en un horario de tarde-noche veraniega.

Aunque la idea original del Gremi de Llibreters era que las librerías colocaran puestos en la calle, muy pocas han secundado la propuesta. En el Eixample tan solo Jaimes, que centró sus actividades en la firma de autores como Jenn Díaz, Xavier Bosch, Pau Arenós, Rosa Ribas, Milena Busquets y Laia Fàbregas, puso mesas sobre la acera ante la sorpresa de los transeúntes.

Mayor afluencia

Puestos a destacar las cosas buenas, la mayor parte de las librerías han apreciado una mayor afluencia, ya desde la mañana. Es el caso de Finestres, que ofrecía la presentación de 'Nam', de Mark Baker, la historia definitiva de la guerra de Vietnam, con el aliciente de su coqueto patio trasero abierto, como el resto del establecimiento, hasta las 10 de la noche. Otro bonito jardín trasero, el de La Central de Mallorca, acogía al escritor griego Theodor Kallifatides, sin duda la estrella de la jornada.

Al librero Èric del Arco de Documenta la idea le parece buena, aunque considere que en este arranque no se le ha extraído todo el jugo. Y eso que no tenía motivo para quejarse, el animado tête à tête LGTBI entre Guillem Clua y Bob Pop que ofreció la librería dejó fuera a un 50% de los inscritos como público. Del Arco bulle de ideas para un Llibrestiu 2022: “Esto tiene todo el sentido si se hace en la calle, cortando el tráfico, y sin mascarillas. Con lecturas de todo tipo o creando una ruta por las distintas librerías. Cuanto más se aleje del modelo de Sant Jordi, mucho mejor”. A las puertas de esa librería, el presidente del Gremi de Editors, Patrici Tixis, se felicitaba convencido de que la fiesta ha llegado para quedarse. Donde no tienen la menor duda de que Llibrestiu ha funcionado es en las librerías catalanas fuera de Barcelona: en Girona ha sido todo un éxito y en Vic, también.