"El Estado Islámico me dijo que si seguía con el teatro, me matarían"

Hace 11 años que la vida del sirio Ahmad Alhamsho dio un vuelco. Con la mayoría de edad recién cumplida, se vio obligado a dejar a su familia atrás y huir de su país bajo amenazas de muerte del Estado Islámico a causa de la pasión que le fascina desde niño: la actuación. Ha cruzado el mar Egeo en una lancha pesquera y reconoce haber llegado a temer por su vida en más de una ocasión. Y, sin embargo, su historia no es única, sino que se asemeja a la de centenares de refugiados sirios, a los que el joven dedica su primer libro 'Todos los Ahmads del mundo'.

La novela autobiográfica, publicada por Plataforma Editorial, utiliza el duro testimonio del joven para dar voz a "aquellos que no han conseguido huir", reconoce Alhamsho. Para él, esta no es "solo la historia de Ahmad", sino la de muchos que siguen hoy sufriendo. "No podemos olvidarnos de ellos. Tengo que ser su voz y, aunque es muy duro revivirlo cada vez que lo explico, es lo mínimo que puedo hacer por ellos". El director Ramón Térmens, con quien ya trabajó en la película 'La dona il·legal' (nominada a un premio Gaudí, ya se ha interesado en la versión cinematográfica de su relato. "A mí me encantaría formar parte del proyecto, pero primero creo que tengo que acabar de formarme y de aprender a la perfección el idioma, que aún es algo que me cuesta un poco", admite entre sonrisas.  

Esta no es solo la historia de Ahmad, es la de muchos Ahmads en el mundo que siguen sufriendo. Ser su voz es lo mínimo que puedo hacer

Persiguiendo un sueño

Desde muy joven Alhamsho supo que quería ser actor. Recuerda, entre risas, cómo desde pequeño fingía que se caía delante de sus padres para asustarlos. "Mi madre se enfadaba conmigo, pero también me decía que tenía talento para actuar". Ella le animó a perseguir una carrera en la actuación, pero en Siria el acceso a este tipo de estudios estaba reservado a personas adineradas o con muchos contactos.

Continuó sus intereses en los casales de verano a los que asistía, en los que escribía pequeños 'sketches' cómicos para interpretar junto a sus amigos, hasta que un conocido de su padre comenzó a enseñarle teatro. Allí, comenzó a creer en su talento y a ver que era lo suyo, pero tenía que formarse. Para ello comenzó a leer diariamente libros en árabe para mejorar su vocalización. Sin embargo, cuando estalló la guerra, su profesor tuvo que huir del país. "A día de hoy todavía no sé nada de él", admite.

En campos de refugiados

Bajo amenazas de muerte, Alhamsho también se vio obligado a abandonar Siria. "El Estado Islámico no ve bien las representaciones culturales. Me advirtieron de que si seguía con el teatro, me iban a matar", asegura. Su primer destino fue Turquía, pero terminó cruzando el Egeo hacia Grecia, donde vivió en diferentes campos de refugiados en condiciones insalubres. Allí tuvo la oportunidad de conocer Paramythádes, un grupo de teatro de Barcelona que se había desplazado al campo e hizo que Ahmad se reencontrara con la actuación.

"La gente mala es una minoría"

Desde entonces tuvo claro que su destino sería España. "La mayoría de refugiados preferían ir a lugares como Alemania porque allí hay muchas más ayudas, pero mi padre siempre me dijo que me quedara con los que me mostraran amor y respeto". Una decisión de la que hoy no se arrepiente. Reconoce haber considerado si debería haberse ido a Alemania, pero lo único que le hizo cambiar de opinión fue la gente de la que se ha rodeado aquí y a la que considera su familia. "Yo he escogido a la gente buena. Y en España hay mucha, me están ayudando mucho".

Sin embargo, Alhamsho también admite la existencia de "gente mala", donde incluye a los partidos de extreme derecha que están fomentando leyes para expulsar a los refugiados de Europa. "Saben muy bien las crueles situaciones en que viven los refugiados y porqué vienen, pero impulsan el odio de la gente"

Los partidos de extrema derecha saben muy bien cómo vive el refugiado y porqué viene, pero impulsan el odio de la gente

Una gente a la que él dedica también el mensaje del libro. La división del mundo de Alhamsho parece sencilla, hay buenas y malas personas, pero él sigue creyendo que las segundas son una gran minoría. "Mi libro también va para que la gente que apoya a partidos como VOX. Yo creo en ellos". Él se rige por la fuerte convicción de que el amor siempre gana, confía en que estas personas no son "malos", sino que necesitan que alguien les explique la realidad de los refugiados. "Que nos escuchen y verán que somos iguales, con la diferencia de que a mí me han obligado a marcharme de mi país". Esta es la verdadera intención de 'Todos los Ahmads del mundo', un libro que narra a la perfección su descarnada realidad, pero también la de los más de 6 millones de refugiados sirios que se han visto obligados a huir de su país.

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