'Chavalas': amigas de extrarradio

Carol Rodríguez Colás salió de Cornellà para estudiar Comunicación Audiovisual en la Universitat Ramón Llull. Hizo varios cortos, una 'sitcom' y participó en diferentes exposiciones artísticas y fotográficas en museos y galerías. Al principio ocultaba sus orígenes para evitar que le colgaran el estigma de ser de extrarradio, pero luego se dio cuenta de que llevaba con orgullo ser de barrio y no tenía por qué esconderse. Precisamente de eso habla su ópera prima, 'Chavalas', una comedia costumbrista y generacional que se encarga de dinamitar los prejuicios hacia la periferia a golpe de honestidad y frescura. 

“El audiovisual se ha acercado al barrio de tres maneras. La primera, enseñando la parte oscura y chunga, el mundo de la droga y de la delincuencia. La segunda, utilizando la ridiculización para meterse con las chonis, las quillas y los Joshuas. La tercera, a través de la capitalización que ha supuesto la música y la moda urbana. Yo quería alejarme de las tres”, cuenta la directora desde el Festival de Málaga donde la película compite en la sección oficial. 

'Chavalas' toma el punto de vista de Marta (Vicky Luengo), que se marchó a Barcelona para buscarse la vida como fotógrafa. Sin embargo, no termina de encontrar su lugar. Por un lado, reniega de sus raíces, por otro, no se siente cómoda en el ambiente en el que se mueve, donde las relaciones son superfluas y discriminatorias. Tampoco consigue hallar su camino artístico y se siente incomprendida. 

Bajarte los humos

Tras ser despedida, tendrá que regresar a su casa y reencontrarse con sus amigas, la Desi (Carolina Yuste), la Bea (Elisabet Casanovas) y la Soraya (Ángela Cervantes). El aire de superioridad que muestra Marta chocará con la sinceridad y la espontaneidad de su círculo más íntimo, que le hará darse cuenta de las contradicciones en las que ha caído. Y es que, como dice la directora, “qué necesario es que te digan las cosas a la cara para bajarte los humos”. 

Carol Rodríguez escribió el guion de ‘Chavalas’ junto a su hermana Marina. Querían hacer una película luminosa sobre su barrio, sobre su gente, para poder verter en ella todos los recuerdos de su niñez y adolescencia, para hablar de los lazos que se crean y cómo varían con el tiempo, pero nunca se destruyen.  

“Queríamos hablar de nuestra familia, de nuestro entorno, del banco en el que pasábamos las tardes, de las vecinas tomando el sol en el portal, de nuestras amigas”, continúa la directora. ¿El resultado? Una película sin postureos sobre la amistad femenina. 

En 'Chavalas' prácticamente no hay personajes masculinos. No son necesarias tramas artificiales amorosas porque, como dice Carol Rodriguez con rotundidad, “las mujeres no necesitamos a nadie que nos ayude a tomar las decisiones, a solucionar nuestros problemas, a vivir de manera plena”. “Nosotras somos autosuficientes tanto para cagarla como para triunfar”. 

Parte de la propuesta se basa en la química entre el grupo de amigas. Para Carol Rodríguez era importante encontrar a sus chavalas. “Las conseguí con mucha potra”, asegura. “Era básico que tuvieran mucha complicidad y que te contagiaran con sus diferentes vibraciones, porque de eso va 'Chavalas', de ser auténtica y de quitarse la máscara de las apariencias en la que nos hemos instalado".