Tiendas de discos

El vinilo se sube por las paredes en Barcelona

Los comercios constatan cómo el elepé gana terreno, también físico. En históricos como Disco 100, tan solo de este formato, que llegó a desaparecer en su local, tienen más de 15.000 referencias, mientras que nuevos establecimientos como BCN City Records solo tocan el microsurco

disco 100

disco 100 / Ferran Sendra

Ignasi Fortuny

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No hay lugar en el que se trabaje más en silencio que en una tienda de discos. El hilo musical está exento, eso no es sonido -llámenlo- "externo", sino que forma parte del local, al igual que las paredes o el mostrador. Trabajadores y curiosos se mueven con sigilo, acarician las cubetas con mimo y desmenuzan colecciones quirúrgicamente. Después de las del pianista, no hay manos más delicadas que las de un melómano en plena faena en medio de ese perfecto caos de etiquetas.

En Disco 100, mítico establecimiento de música grabada en Barcelona, la mañana del viernes es inusualmente tranquila, explican. Quien entra, sin embargo, se puede estar horas rebuscando hasta encontrar aquello que seguramente no andaba buscando pero que comprará. Sí, muchos acaban comprando por la carátula, cuentan.

En este local de la calle del Escorial, 33, los expositores van ganando terreno por ahí donde encuentran un resquicio: en lo alto de una pared, en una esquina desaprovechada... Una imagen que muestra cómo el vinilo recupera su espacio después de años enterrado. Dan Mayor, responsable del negocio, explica que este formato desapareció de su tienda, abierta en 1978 en el número 100 de la misma calle, entre 1994 y 2007, cuando la demanda del público les llevó a ofrecerlo de nuevo. "En ese momento, el vinilo era casi solo de mercado de segunda mano, las compañías no sacaban tanto este formato y empezamos con lo que se podía pedir, sobre todo, muchas cosas de importación", cuenta Mayor.

La nueva tienda de discos Barcelona City Records

La nueva tienda de discos Barcelona City Records /

Antes el vinilo había convivido con el casete y, más tarde, sucumbido ante el cedé, ahora superviviente. Tanto que de las más de 115.000 referencias que tiene Disco 100, 100.000 son de compact disc. "No somos una tienda de novedades, que las tenemos, sino que intentamos cuidar un fondo de catálogo muy amplio. Que los clásicos estén, pero que haya un poco de todo, de todos los estilos", expone Mayor. Esa proporción, en su caso, también sigue en la venta local y en la extranjera (a través de internet). Sin embargo, el crecimiento del elepé les ha hecho plantear incluso una ampliación, que no ha sido posible. "Pero, bueno, ¡aún queda pared!", exclama. Además, obvio, el vinilo ocupa bastante más que el cedé. Mayor cuenta que la pandemia ha aumentado la venta digital en su tienda, un porcentaje que ahora ya es de más del 20% del total. Y apunta otro cambio durante este último año negro: "En el caso de los vinilos se nota que cosas modernas, como Harry Styles, que es para un público adolescente, joven, han crecido".

Una nueva puerta

Quien pasa por el número 33 de la calle del Escorial no se sorprende por la presencia de Disco 100 a poco que sea de Barcelona. No pasa lo mismo en el número 13 de la pequeña calle d'en Mònec, al lado del Palau de la Música, donde en noviembre de 2019 abrió Barcelona City Records. "Anda, ¡una tienda de discos!", exclama un individuo a su pareja al pasar por delante. Es, en principio, el establecimiento de discos más nuevo de la ciudad. La abrió Oriol Aparicio, con la colaboración de dos amigos. Era contable y no veía claro dedicarse toda la vida a trabajar para terceros. Y la parte clave: también es disc-jockey. Pinchaba en el club Marula, sobretodo funk, soul... Siempre en disco. "Lo que me molaba era la música y empecé, como un trabajo de caracol, a comprar discos, cosas que veía que podían ser una inversión de futuro", cuenta Aparicio.

Diez años antes ya había abierto una tienda con unos amigos mientras la compaginaban con sus trabajos. Cerró y continuó desde casa, vendiendo tan solo por internet. Detectó el auge del vinilo y con la quiebra de la empresa con la que trabajaba decidió embarcarse en este proyecto. "Con la indemnización me fui a Colombia y a un par de sitios más a comprar discos con la idea de volver y montar la tienda física", explica. En BCN City Records tan solo hay vinilos. Bueno, hay una columna de casetes. "Son casi de decoración", comenta. "Los vinilos no han vuelto por un tema de 'postureo', han vuelto porque asimilas mucho mejor la música cuando la tienes, te gastas un dinero, pones la cara A, te tienes que levantar a poner la B...", opina. "Es como las fotos, hacemos más fotos que nunca y pasamos de ellas como nunca", añade. Buscan a un público, dice, "variado, pero un poco experto". "Encontrar una tienda que tenga 2.000 discos de soul y funk... Por lo que nos dicen no existe aquí", añade. Tienen 20.000 referencias, ordenadas por estilos (la base es la música negra, lo que suelen pinchar), pero no alfabéticamente. La idea es que la gente se sumerja en las cubetas. O se suba por las paredes.

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