Sin procesiones solo queda el esperpento

A falta, otra vez, de procesiones, en 'El intermedio' celebraron la Semana Santa escenificando el ‘Paso’ del Rey Emérito protagonizado por la Hermandad del Santo Exilio. Se detuvieron los cofrades un momento frente a la ortopedia que le fabricó las prótesis al monarca dimitido, y entonaron piadosas plegarias a Nuestra Señora de los Dolores de Cadera. O sea, a falta de costaleros por las calles portando la iconografía religiosa, el humorismo de la tele nos ha construido el esperpento político. El cachondeo era infinito.

¡Ah! Seguimos exactamente en la misma postura que retrató Valle Inclán en 1920: «España es una deformación grotesca de la civilización europea». En Polònia, el gran programa de humor de TV-3, han evitado escenificar la procesión de nuestro exiliado/fugado más ilustre. Les podía haber quedado un ‘paso’ muy piadoso, con la cofradía Junts portando la egregia figura de Nuestro Señor de Waterloo. Han preferido depositar su sarcasmo sobre ese duetto imposible que conforman Laura Borràs y Pere Aragonés. Los pusieron a ambos ingresados en camas contiguas en un hospital, llenos de moratones y fracturas de tanto pegarse por un pacto que no cuaja ni a tiros. Fue una estampa divertida. Pero Polònia sabe que no son ellos los que dirigen la batalla. Los líderes están uno encerrado en Lledoners y el otro en Waterloo. ¡Ah! Pies de plomo sobre ese asunto.

El otro día, en Nexes, Mònica Terribas y Jordi Basté plantearon a los cien participantes del programa que contasen momentos de su vida en que tuvieron que elegir, triar, y acabaron equivocándose mucho. «¡Recordad elecciones que habéis hecho y que han resultado horrorosas!» les pedían. Hombre, en casa echamos en falta la presencia de Artur Mas. Merecía haber sido el invitado principal de este programa. Podía haber recordado aquel día en que tuvo que elegir, ¡y eligió a Puigdemont! No sabemos si hubiera confesado que fue la elección más desastrosa de su vida.

Triste Semana Santa. La 2 (TVE) no ha podido ofrecernos sus habituales procesiones. Añoro aquella que solían emitir desde Crevillent, de la Cofradia de la Negación de San Pedro, en concreto el popular y estupendo Pas del Pollastre. Un pollastre, sí, portado a hombros junto al grupo escultórico del artista menorquín Antonio Riudavets. ¡Ahh! Eso eran procesiones y no los esperpentos de hoy en día.

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