Los discos de la semana

Crítica de 'The devil in me' de Suzi Quatro: rockeando a los 70

La leyenda del glam, inspiradora de una generación de mujeres del rock, exprime su buena racha con ‘The devil in me’, un álbum de guitarras guerreras en el que se marca un dueto con Cherie Currie, exThe Runaways

Los nuevos álbumes de Loretta Lynn, Albany, Tomahawk, MonoLeón, también reseñados

Icult Suzi Quatro

Icult Suzi Quatro

Jordi Bianciotto, Rafael Tapounet, Ignasi Fortuny, Roger Roca

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ella estuvo ahí antes que Chrissie Hynde y que The Runaways, marcando el camino a las mujeres a la hora de ponerse al frente de una banda de rock’n’roll. No solo cantando, sino tocando un instrumento tradicionalmente poco asociado a la feminidad como el bajo eléctrico: un modelo casi tan grande como ella, con el que trotaba, embalada en su mono de cuero negro y larga cremallera, a lomos de himnos de la era glam como ‘Can the can’. Enlata a tu hombre, átalo corto, venía a decir la canción. Era el año 1973.

El nombre de Suzi Quatro vuelve a circular en el ‘underground’ rockero, y un poco más allá, desde que el documental ‘Suzi Q’ (2019) glosó sus gestas con la asistencia de fans como Alice Cooper, Deborah Harry o Joan Jett. Movimiento reforzado por un edificante álbum de regreso, ‘No control’, lanzado el mismo año, que fue el motor de nuevas giras como la que iba a llevarla el año pasado al vitoriano Azkena Rock Festival. En ausencia de bolos, Quatro (apellido real) ha procedido a grabar otro disco, más guerrero si cabe, este ‘The devil in me’, igualmente elaborado mano a mano con Richard Tuckey, su treintañero hijo fruto del matrimonio con su guitarrista de los viejos tiempos, Len Tuckey.

Saliendo del agujero

Estamos ante la obra reconstituyente de una veterana que no pretende simular lo que no es y que muestra sus cartas desde el rugoso ‘riff’ de bienvenida de ‘The devil in me’, canción-manifiesto donde mira hacia atrás (“he cometido errores, he caído por el agujero negro”) debatiéndose entre los ángeles y los demonios. Artefacto rockero de brochazo grueso y reminiscencias glam, a alinear con ‘Hey queenie’ o ese ‘Betty who?’, al que invita a cantar a la ex’runaway’ Cherie Currie.

Las guitarras determinadas mandan, a juego con esa voz con heridas de guerra, robusta y un poco más grave en el pasado, en temas álgidos como ‘You can’t dream it’ y el galopante ‘I sold my soul today’, puntos de anclaje de un álbum que avanza como un tiro aun sin dejar de lado secuencias más matizadas, de una Suzi Quatro igualmente reconocible. Aun sin acercarse al clima confortable de aquel álbum de madurez precoz llamado ‘If you knew Suzi…’ (1978), se la ve cómoda entre las inflexiones negras de ‘My heart and soul’, recreándose en el viejo ‘feeling’ en ‘Isolation blues’ y transmitiendo un sereno desconsuelo en ‘Love’s gone bad’, con coros nocturnos y brisa de saxo.

Pero este es un álbum con marchamo de Detroit, ciudad a la que Alice Cooper rinde homenaje en su último disco, donde cita a Suzi Quatro en una de las canciones. Ahora es ella quien pide la palabra y aporta su mirada a la leyenda en la triunfante pieza de cierre, ‘Motor city riders’, llevando la bandera de los “supervivientes invencibles” y evocando la vieja excitación callejera para seguir rockeando a placer a los 70. -Jordi Bianciotto

Otros discos de la semana

Historia del country. A pocas semanas de soplar 89 velas, la hija del minero publica el álbum número 50 de su legendaria carrera, un muy disfrutable recorrido por algunos de los números más populares de su extenso repertorio (solo la composición que da título al elepé es nueva), e invita a sumarse al paseo a algunas cantantes de generaciones posteriores (Reba McEntire, Carrie Underwood, Margo Price, Tanya Tucker), acaso para recordarles que fue ella quien les abrió las puertas del género a golpe de coraje y de talento.- Rafael Tapounet   

La esperada 'mixtape' de Albany muestra las paredes de su pozo emocional, que comparte de manera transparente y cercana. Sabe transmitir con un lenguaje sincero, sin excusas ni barreras. Son nueve canciones íntimas, en muchos casos oscuras y alrededor del desamor, pero que acaban en superación. La cantante nacida en Girona -quizá más inspirada en anteriores trabajos- es versátil pero nunca pierde personalidad, fraguada en la pena y el sonido tristón. El álbum tiene colaboraciones con dos de las grandes leyendas de la escena urbana: Yung Beef y C. Tangana. - Ignasi Fortuny

Vuelve el portaviones pos-metalero pilotado por Mike Patton (Faith No More, Mr. Bungle) y Duane Denison (The Jesus Lizard) con su primer disco en ocho años. Nuevo paso al frente en la misión de retorcer y espolear el lenguaje del rock atendiendo a estructuras imprevistas, aceleraciones disonantes y audacias rítmicas (tunean el reggae en ‘Recoil’), con bajos de plomo y brotes de catarsis. Obra de sublimación de ese estilo heredero de las tramas ‘crimsonianas’, tan técnico como tribalista. - - J. B.

Decimos “funk” por decir alguna cosa: en realidad, Dywane Thomas Jr., bajista prodigioso, productor lo-fi de imaginación gigante, cantante y showman -búsquenlo también en Instagram: vale la pena verle en acción- toca todos los palos de la música negra. “Supermane”, su enésimo disco, hecho de canciones con gancho y groove, cortas y al pie, salta de un emotivo recuerdo a su abuela a una jocosa declaración de amor. ¿Demasiado excéntrico para ser una estrella? Un Bootsy Collins para la era digital. Roger Roca