Concierto en Barnasants

Javier Ruibal: “Las redes sociales son nuestra vacuna contra la soledad”

El cantautor gaditano pone luz y buen humor al tiempo pandémico en ‘Ruibal’, un disco-libro hecho en familia, con composiciones de tacto acústico, entre ellas su propia versión de la galardonada ‘Intemperie’ (Goya 2020), que presenta en el Joventut, de L’Hospitalet

Javier Ruibal, en una imagen promocional.

Javier Ruibal, en una imagen promocional. / Pepa Niebla

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De la anormalidad pandémica, Javier Ruibal ha sacado una obra hermosa y aireada, un disco-libro de canciones elaboradas con pocos ingredientes, “vistosos y elegantes”, colocando la voz y la guitarra en primer plano, y filtrando el buen humor entre esos paisajes oníricos tan propios de su arte poético. El título del álbum lo dice todo: ‘Ruibal’, sin más, porque el cantautor no estaba para “buscar títulos llamativos” y porque lo concibió “absolutamente en solitario”, asegura. “Y más Ruibal que esto no va a haber”.

Trece canciones de estreno, cada una acompañada de un relato escrito por el cantautor y de las acuarelas de Sonia Alonso configuran esta obra de cuidado acabado físico en tiempos de preponderancia digital, que Ruibal muestra este viernes en el teatro Joventut, de L’Hospitalet (dentro de Barnasants). Un álbum surgido de la tiniebla que no se recrea en ella, sino que se aferra a las canciones para trascenderla. “Pensé que cuando saliéramos del confinamiento no podía contarle a la gente que había estado triste, y esto me sirvió para centrarme”, reflexiona el trovador gaditano. “Y, al fin y al cabo, si el ser humano ha llegado hasta aquí, ¿cómo no va a seguir?”.

Tecnología que une

Abre el álbum la canción ‘Amor en la red’, en la que Ruibal no se apunta al socorrido desprecio a los vínculos virtuales: menos mal que hemos dispuesto del ‘whatsapp’ o de Instagram en estos tiempos de aislamiento domiciliario, viene a decirnos. “Antes me parecía una cursilería poner un emoticono con el corazoncito, y últimamente me he hinchado a hacerlo”, confiesa el músico, para quien "las redes son nuestra vacuna contra la soledad”. Han quedado en evidencia, sostiene, “los agoreros que decían que las tecnologías iban a destruir la comunicación sincera”.

En ‘Física cuántica’, Ruibal canta al amor “a nivel molecular”, encajando con deportividad que el sentimiento “se reduzca a una descarga eléctrica”, y en ‘Soy ese que cantaba’ arrincona la melancolía por los conciertos perdidos y se pone práctico apuntando al día en que los escenarios se abran por completo: “anda y cómprate una entrada / te invitamos al edén”, demanda. Hay una mirada al oficio y a los “poderes curativos” de versos y acordes en ‘Música en vena’, donde menciona a colegas de ayer y hoy: Camarón, Ramones, Kiko Veneno... Y Jorge Drexler, cuyo nombre se cuela también en ‘Musa’. “Porque siempre lo he admirado, y porque siempre tiene las musas amarradas al lado de la cama”.

Con Imanol Uribe

El disco incluye su propia versión de ‘Intemperie’, la pieza que en el 2020 obtuvo el Goya a la Mejor Canción Original en la voz de Sílvia Pérez Cruz. El galardón representó algo “excitante y bonito”, sin más consecuencias, apunta, si bien orientó una relación con el realizador, Imanol Uribe, que tiene continuidad, ya que Ruibal ha entregado una nueva composición, ‘La verdad quiere ser dicha’, para su próxima película, ‘La mirada de Julia’.

Aunque lamenta vivir “en un país que considera la cultura como algo superfluo”, no hay en este ‘Ruibal’ signos de enfado. Priman las pulsiones amables, “evitando lo áspero”, con destellos de un humor que asocia al querido Javier Krahe, y cierto aroma de familia: producción de su hijo, Javi Ruibal, y el taconeo de su hija Lucía, haciéndose notar en la (sucinta) lista de créditos. Ambos le acompañan en sus recitales, paladeando “el gusto de salir juntos a la carretera” y rindiendo homenaje, añade, a la película de Fernando Fernán Gómez ‘El viaje a ninguna parte’. El clan parental “como red”, dándole “un significado más grande en estos tiempos en que percibimos el peligro en nuestras vidas”.