Crítica de cine

'Pasajero oculto': acción y terror en un avión

El filme es digno de admiración por sus imposibles secuencias y su voluntad de hacer lo que haga falta para no aburrir

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Pasajero oculto'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Pasajero oculto'. /

Nando Salvà

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'Pasajero oculto' se sitúa entre el cine de acción y el de terror, y mientras lo hace resulta increíblemente estúpida , aunque no solo se muestra del todo consciente de ello sino que además se toma muy en serio su propia ridiculez. Su protagonista es una oficial aérea que en plena Segunda Guerra Mundial se sube a un bombardero cargando un misterioso paquete, y que a partir de entonces se mide contra los japoneses y, sobre todo, contra una diabólica criatura que combina rasgos de murciélago y zarigüeya.

La mayoría de la película transcurre dentro de la torreta del avión, y el eficaz uso que hace de las limitaciones impuestas por el espacio explica lo bien que funciona como estudio psicológico y como 'thriller'. La directora Roseanne Liang a menudo no nos deja ver más que las exhaustas expresiones faciales de su protagonista (Chloë Grace Moretz) o bien lo que ella misma ve, y de ese modo juega con nuestro conocimiento acerca de lo que está pasando.

'Pasajero oculto' ni por asomo es una película perfecta. Llegado el momento empieza a dedicarle una atención demasiado explícita al bicho, y los mecanismos narrativos que usa para suministrar su mensaje feminista resultan problemáticos -detallar por qué exigiría hacer 'spoiler'-; pese a ello, es digna de admiración por sus imposibles secuencias de acción, su voluntad de hacer lo que haga falta para no aburrir, y el orgullo con el que luce su condición de cine 'trash'.