Movistar +

'Mi corazón no late si no se lo dices’: terror de baja intensidad

El excelente filme de Jonathan Cuartas es una interesante relectura del temario vampírico

Mi corazón no late si no se lo dices

Mi corazón no late si no se lo dices / ARCHIVO

Quim Casas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El título recuerda al de ‘De latir, mi corazón se ha parado’. Pero aquel excelente filme de Jacques Audiard era un drama con trasfondo criminal, y el realizado por Jonathan Cuartas, también excelente, es una interesante relectura del temario vampírico.

Recompensada con el premio a la mejor película en la sección Noves Visions del último festival de Sitges, ‘Mi corazón no late si no se lo dices’ plantea una historia extraña e inquietante en términos ‘lo fi’ y ‘low cost’: terror de baja intensidad y de bajo presupuesto. Muy ‘indie’ en su factura, estilo fotográfico e interpretación. Muy fluido, aunque pasen pocas cosas y todas ellas estén mediatizadas por la fragilidad cadavérica de uno de los tres protagonistas.

Son tres hermanos que viven en una casa aislada, cerca de una pequeña ciudad. Dos de ellos tienen una innegociable rutina: encontrar a personas solitarias (mendigos, prostitutas), matarlas, cortarles el cuello y dar su sangre al tercer hermano, un adolescente de apariencia tísica que vive recluido en sombras y necesita el espeso líquido rojo para seguir viviendo.

Nada de colmillos, ajo, crucifijos ni señores de la noche. La película plantea una historia de vampiros en términos absolutamente naturalistas, centrándose en las dudas de uno de los hermanos antes sus actos criminales y en la relación malsana, pero al mismo tiempo tan afectiva, que mantienen entre los tres.